JALA. – Es posible rescatar la producción de durazno que se registraba en la región de la Meseta de Jala hace por lo menos una década y volver a hacer redituable su producción, aunque esto será a largo plazo… al menos así lo sostiene el señor Manuel Santana, residente del poblado de Rosa Blanca.
Comenta que este es un fruto que por varias generaciones permitió el sustento económico de cientos de familias en esta zona, pero lamentablemente muchos huertos ya desaparecieron para dar paso a otros cultivos, como es el caso del aguacate.
No obstante, existe el interés de algunos agricultores por rescatar los predios que han permanecido inactivos, según lo explica Manuel.
Detalló que uno de los principales errores de los agricultores fue permitir la entrada de los compradores hasta las huertas de durazno, situación que propició la entrada de plagas y enfermedades diversas a los huertos, las cuales ocasionaron la pérdida de los cultivos y la afectación de terrenos.
La producción del durazno criollo durante muchas décadas fue la principal actividad de los agricultores de La Meseta de Jala, muchos de los cuales combinaban el cultivo de este fruto con la música – principalmente las bandas de viento –. Luego vino la debacle y los durazneros encontraron una nueva opción con el durazno Diamante, el cual por cierto tuvo su mejor época en la década de los noventa y en los dos primeros lustros del nuevo siglo.
Sin embargo, esta variedad también se vino a pique y ahora son contados los huertos de durazno. Las tierras son ocupadas por árboles de aguacate, aunque esto no convence a muchos. Por eso es que se están organizando para tratar de rescatar el cultivo del durazno en la zona.
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