
Jala; mayo 16.- (Redacción).- Gracias a los resultados arrojados por el Censo de Población y Vivienda 2010 en materia económica, se sabe que en los municipios de Ahuacatlán e Ixtlán existe una preponderancia para trabajar en el sector de los servicios, tales como el transporte, gobierno y otros. En tanto que en Amatlán de Cañas y Jala, la agricultura y la ganadería tienen mayor relevancia respecto a otros sectores de la producción.
En Ahuacatlán por ejemplo, con una población ocupada de 5 mil 587 personas, el porcentaje para el sector de los servicios es del 34.22 por ciento, seguido del sector primario con el 29.87 y el comercio con el 19.81 por ciento. En Amatlán la tabla de resultados indica que la población se dedica más a la agricultura y a la ganadería, luego a los servicios y después al sector secundario, constituido por minería, industria manufacturera, electricidad, agua y construcción. Ixtlán tiene un alto porcentaje en el rubro de los servicios, con un 41.41 por ciento, seguido del comercio, y el sector secundario, de hecho, poniéndolo todo en contexto – como más adelante se expondrá – este municipio es el más próspero y el que más oportunidades de desarrollo económico y humano posee de los que hay en la zona sur. Jala, por su parte, es el municipio con más retraso económico, teniendo como principal actividad la agricultura y la ganadería, seguido de los servicios y el sector secundario. Además, Jala es el único municipio en donde la mayor parte de la población ocupada gana el equivalente a un salario mínimo, esto es 57.70 pesos al día.
En Ahuacatlán el porcentaje de la población ocupada que percibe más de dos salarios mínimos – arriba de 115 pesos diarios – es de 39.36 por ciento. Luego hay un 29.53 por ciento que gana hasta un salario mínimo. En Amatlán los datos son muy parecidos a los de Ahuacatlán; pero en Ixtlán, existe un 53.28 por ciento de la gente que trabaja que gana más de dos salarios mínimos al día, seguido de los que perciben más de un salario mínimo a dos.
En otra tabla, se puede observar que los cuatro municipios sureños comparten un dato en común: la mayor parte de la población ocupada es asalariada. No obstante, Jala sigue presentando el nivel más alto de su población que no tiene una seguridad de tener un empleo.
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