Disputa entre regidores marca un inédito capítulo en la historia local.
AHUACATLÁN.
En los pasillos del gobierno municipal de Ahuacatlán, un aire de incertidumbre y agitación se apodera del ambiente.
Los recientes sucesos relacionados con la política y la gestión pública han sumido a la administración en una profunda zozobra.
La situación alcanzó un nuevo nivel de tensión tras la reunión de cabildo celebrada anteayer, donde seis regidores manifestaron su rechazo al retorno de la presidenta municipal con licencia, Lucrecia Alduenda.
Paradójicamente, Alduenda recibió el respaldo del síndico Santos Ponce y del regidor Andrés Ortega, generando un inusual conflicto de poder.
Este acontecimiento marca un hito en la historia de Ahuacatlán, siendo la primera vez que se enfrenta una situación de tal magnitud.
Con la decisión tomada, la actual presidenta en funciones, Leticia Medellín, podrá continuar en su cargo durante al menos tres meses más, según lo acordado por los ediles.
Sin embargo, los rumores indican que la Sra. Alduenda, conocida como «Quecha», explorará otras instancias para revertir la situación y recuperar su posición en la presidencia municipal.
Este inesperado giro de los acontecimientos previsiblemente llevará el caso a manos del Congreso del estado, donde los diputados tendrán la responsabilidad de decidir el destino inmediato de la gobernabilidad en el municipio.
En medio de esta turbulencia política, la ciudadanía de Ahuacatlán observa con atención y preocupación el desenlace de esta encrucijada que define el futuro del gobierno local.
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