AHUACATLÁN
La pausa de los grafiteros parece ser que llegó a su fin y desde hace algunas semanas reaparecieron en la ciudad para “pintarrajear” las paredes con leyendas y símbolos inentendibles, en franco desafío a la policía.
Se trata de jóvenes que en pares o en pandillas eligen cualquier muro, ya sea de particulares o de alguna institución pública y en donde sin mayor empacho plasman sus garabatos utilizando el aerosol.
A los grafiteros les ha dado por recorrer todos los barrios y colonias de Ahuacatlán, pero también han “pintarrajeado” algunas paredes de la zona centro, solo por retar a las autoridades policiacas.
Resulta difícil, o más bien imposible entender el significado de sus leyendas o símbolos, como tampoco se sabe por qué es que lo hacen o cual sería su mensaje.
No hace muchos días “rayonaron” varias paredes del barrio del Chiquilichi, pero parecer ser que se recargaron más a las zonas aledañas al arroyo de Atotonilco, cerca del puente de la calle Galeana y del DIF municipal.
Los graffitis, cabe explicar, han existido como medio de comunicación de posturas políticas o como forma de expresión urbana y anónima.
En muchos casos pueden ser considerados actos de vandalismo en la medida en que arruinan paredes de uso privado o público; en otros casos pasan inadvertidos por la poca relevancia del lugar en donde fueron realizados.
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