Bastó una pandemia para exhibir a todos los gobiernos del mundo, los cuales no han encontrado las respuestas a las necesidades que derivan de la contingencia sanitaria y da la impresión de que no tienen idea de qué hacer, no cuentan con las herramientas técnicas, científicas y tampoco tienen la sensibilidad para afrontar la crisis que generó un enemigo microscópico.
¡Vaya incongruencia!, la humanidad y su culto irreflexivo al progreso, plantea escenarios del futuro de una manera incuestionada y casi dogmática, sin juicio por las consecuencias, sin conciencia sobre la naturaleza, sin ética muchas de sus veces y con un narcisismo que persigue desaforadamente la idea del crecimiento y la expansión. Trascender en la historia más por fama que por utilidad. Avanzar sin matices, solo los que se logran obteniendo riquezas y la satisfacción que producen las mismas.
¡Vaya incoherencia!, esta proclividad perversa de construir elefantes blancos y no tener una estrategia medianamente consistente para salvar las vidas.
¿En dónde perdimos el rumbo? Para tratar de darle respuesta a alguna de tantas patologías de la política y los gobiernos, es importante tomar un poco de perspectiva histórica, para lograr comprender en dónde estamos y de dónde venimos.
Durante mucho tiempo, en el mundo de Occidente la organización política se erigió con una base sustentada en la ética, desde las instrucciones de los griegos en La Academia y la peripatética del siglo IV a.c cerrando el ciclo hasta el siglo XVI con la propagación de las ideas de Tito Livio y la aportación de Maquiavelo.
Los políticos y gobernantes de aquella época se instruían a través de unos libros que se denominaban speculum principium (instrucción de príncipes) un subgénero de los Libros Espejo, que constituye un género literario en el que se muestra un retrato moral o ideal del deber ser de los gobernantes (deontología política) con altos contenidos teológicos y filosóficos, los cuales eran normalmente escritos por monjes, eruditos y filósofos, principalmente dedicados a la formación de la nobleza.
Siglos más tarde con toda la tendencia de los Discursos de Tito Livio y las enseñanzas de Maquiavelo, se modifica el pensamiento de una manera profunda de cómo hacer política, reforman el concepto de la <Virtud> y lo trasforman en <Virtú> engendrando con esto una suerte de “positivismo electoral” es decir, dispensar de la práctica toda noción ética y moralizadora para facilitar el control y permanencia en el poder dejándolo como eje rector de la política. Es decir, separaron los atavismos que generan la moral y la ética, con el propósito final de obtener resultados favorables a los intereses, sin el riesgo de seguir utopías, fue lo que Maquiavelo acuñó como “verita effettuale della cosa” (verdad real)
Siglos más tarde, casi en la época de la Ilustración, pensadores como Hobbes modifican la idea que existía de que el hombre es un ser social “Zoon Politikón” y lo dota de experiencia individual: el individuo. Esto me hizo recordar las anécdotas con el Dr. José Luis Béjar Fonseca, que en su cátedra refería que esto significó un cambio importante para la humanidad, pues citando a Ortega y Gasset en su teoría del “Hombre Masa” perpetró la idea de que las personas son beneficiarias y abusan en sus derechos en los individual (lo que se conoció como garantías individuales) pero repudiaban la idea de ser sujetos de obligaciones en lo colectivo.
Esta concepción de separar la política de la ética y la teoría del individualismo, a la postre significó una profunda reforma de la política como actualmente la conocemos, de esa ecuación se derivaron las ideologías, las cuales hoy en día muchas se encuentran desgastadas, son muy etéreas y superfluas y difícilmente alguien puede adoptar y adaptarlas para desarrollar políticas públicas integrales.
Por otro lado y como consecuencia, surge la idea borrosa del pragmatismo en la clase política. Quien emplea esta teoría piensa por un momento haber alcanzado una idea inteligente, integral y de Estado, pero que al final de cuentas termina fracasando por no tener una visión integral y de largo plazo, se piensa y planea en lo inmediato, en lo tangible y a veces solo en lo efímero y superficial, solo se acepta aquello que por su naturaleza signifique un rédito político.
La suma de estos factores nos muestra que tenemos una idea escueta de la política, una visión carente de elementos técnicos, científicos sin uso de las ciencias sociales (antropología) y la filosofía, y como consecuencia no tenemos herramientas para afrontar los conflictos que más afectan a la sociedad.

Una sociedad desgastada y afligida por los excesos de la clase gobernante, una sociedad que cuenta con mayor acceso a la información, aunque no es garantía de que sea la mejor informada. Pero esas ventajas hacen una sociedad más crítica, mas pensante, beligerante, que se manifiesta cada día de manera más subversiva, la presión social aumenta, las crisis son más agudas y la suma de todo esto genera conflictos, que oscilan de simples protestas hasta manifestaciones más disruptivas.
Un informe de la Universidad Panamericana, ofrece un análisis donde señala que en el mundo existen por lo menos 3 grandes tensiones; históricas por sus luchas, y desastrosas por sus consecuencias. La primera es la tensión del Estado contra el Mercado, una segunda tensión es la de Globalización y por otro lado el resurgimiento de nacionalismos, inclusos supremacistas que creíamos extintos, y, una tercer tensión, la más compleja quizás, son las Tecno-estructuras contra el mundo de la vida y del bienestar o mundo vital.
El primero de estos conflictos, es el que refiere a los golpes de péndulo del Estado contra el Mercado, son los que más confusión genera a la sociedad, pues por una parte le apostamos a tener mayor rigidez del Estado, ya que los países asiáticos demostraron que es el control de la gente lo que puede domar la pandemia y por otro lado sabemos que si no crece el mercado no avanza la economía.
Una segunda tensión es la globalización y su contraparte, los nacionalismos. Cómo es posible que por una parte estemos esperando que un país de los que dominan la industria farmacéutica desarrolle una vacuna para que posteriormente envíe los insumos a todas las naciones, y, por otro lado se tome la decisión de cerrar fronteras para evitar la movilidad de las personas y en casos extremos cortemos puentes diplomáticos y de comunicación con otras potencias por ideologías falsas.

Los hechos más lamentables que en algunos de estos países ya empiezan brotar casos de xenofobia y racismo, Estados Unidos particularmente, y México con sus coqueteos de alteraciones a los pactos federales.
Finalmente existe el conflicto que surge de las llamadas “Tecnoestructuras” que es un término que empleo Jacques Chirac para referirse al Establishment político, económico y tecnológico que gobierna un determinado Estado o una región, y esta compuesta por 3 factores: los gobiernos, que ostentan la representación simbólica del poder; el sector privado de elite, que son los empresarios que por su poder económico tiene influencia en la política; y, los que tiene los datos, La Big Data también denominada la “data science”, los dueños de esa información que hoy está en el ciberespacio y son capaces de emplear esa información para el control y manipulación de las personas y una abrumadora vigilancia de lo que uno puede hacer, pensar o sentir.
Este esquema, tiene un profundo conflicto con lo que conocemos como el “mundo de la vida” el concepto de “Lebenswelt”, traducido como “Mundo Vital”, el mundo ideal, el de las ilusiones y anhelo por la justicia, fue creado por Edmund Husserl y se refiere a todos los actos culturales, sociales e individuales que nuestra «vida» no puede sobrepasar.
Ese mundo que hoy se ha manifestado en las calles de los Estados Unidos a reclamar justicia, por un asesinato de un afrodescendiente, ese mundo que lleno de cólera las protestas feministas que en sus consignas exige seguridad, igualdad plena en sus derechos y autonomía en los procesos biológicos de sus cuerpos.
Estos conflictos, ante esta manera reducida de ver y hacer la política es imposible resolverla si no regresamos a lo esencial, al origen.
Una de esas propuestas bien puede ser volver al “Ethos” regresar a la ética como eje rector de los comportamientos en la política, recuperar los valores para plantear nuevas soluciones.
Otra propuesta, seria acabar con la idea egoísta del individualismo, recordar que el hombre es un ser gregario por naturaleza, se debe a su prójimo, recuperar y pulir conceptos como la solidaridad y fraternidad, que el hombre retome la idea de filantropía y la lleve a su esplendor.
De antemano reconozco que estas propuestas parten de lo irreal, de lo romántico, trivial, de una idea romántica y utópica, pues sugieren un conflicto de orden cultural, pero también sé que la política es un constructo humano, una actividad que realiza el hombre, personas que tienen por delante los valores y si no pasa por ahí, difícilmente podremos generar esquemas que nos den solución a los mayores retos que enfrentamos. Yo confío en el relevo generacional.
[su_testimonial name=»Manuel Montaño» company=»Escritor (junio de 2020). » class=»right,»]Seamos optimistas, las crisis sirven para trasformar a nuestro gusto la realidad”.[/su_testimonial]
Referencias:
SARANYANA, Josep-Ignasi (2001). Breve Historia de la filosofía medieval. EUNSA Ediciones Universidad Nacional de Navarra S.A. pp. 103/104.
Aristóteles. Moral a Nicómaco. Editorial Universo S.A. Lima, Perú.
Maquiavelo, Nicolás (2002). El Príncipe. El Ateneo.
ARISTÓTELES, Ética a Nicómaco. Introducción, Traducción y Notas de José Luis Calvo Martínez, Alianza Editorial, Madrid 2001.
CHABOD, F. (1984): Escritos sobre Maquiavelo, México D. F.: Fondo de Cultura Económica.
Interpretación del concepto de Lebenswelt, según Habermas y otros autores. Antonio Vázquez González (Artículo para la Universidad de Sevilla)
Ethos” (s/f.). En DeSignificados.com. Disponible en: https://designificados.com/ethos/ [Consultado: 6 de junio de 2020].
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