“Propiedad en venta”; así es como reza un letrero que se colocó sobre la parte superior de una finca que se sitúa por la calle Hidalgo, a escasos 30 metros de la presidencia municipal, es decir ¡En el mero corazón de Ahuacatlán!
El inmueble de referencia fue construido hace muchísimos años, quizás en los albores del siglo decimonónico. Se dice que perteneció al clan de los Ulloa —de recia estirpe— y que después fue adquirida por don Francisco Guerrero Montero, para finalmente quedar en posesión de don Luis Partida.
Sí, efectivamente, se trata de la tienda y habitación de las hermanas Partida, hijas de don Luis, quien a su vez fue hijo de don Lucas Partida aquel que casó al general Rafael Buelna con María Luisa Sarría, justo en ese punto que hoy está en venta.
Esos muros, sus techos, puertas, ventanales, pilares y jardín fueron y han sido testigos mudos de infinidad de hechos y anécdotas históricas; por eso es que muchos ahuacatlenses piden, sugieren y hasta exigen que esta finca sea adquirida ya sea por el gobierno municipal o el gobierno del estado y que se vea la posibilidad de establecer en ese sitio un museo, una casa de la cultura, o incluso para oficinas gubernamentales, pero respetando su diseño original y en base a los lineamientos que establece el INAH —Instituto Nacional de Antropología e Historia—, el cual por cierto colocó una pequeña placa donde se lee que se trata de un monumento histórico.
La aparición de las tiendas departamentales, la modernidad comercial, la aparición de otros medios de uso y consumo fueron acabando paulatinamente con la que fue la tienda de don Luis Partida, un hombre cuyo principal distintivo fueros su complexión delgada, su aspecto encorvado, sus gafas y el uso de tirantes.
La bonanza de los 60´s, 70´s, 80´s y 90´s, fueron mermando a partir de que inició el siglo XXI. Sin embargo, Concha y su hermana Jesús —hijas de don Luis y, por ende, nietas de don Lucas Partida— trataron de sobrevivir expendiendo algunos productos, mismos que entregaban colocándolos en ese mostrador de fina madera recubiertos con cristales.
Concha ya murió, siendo entonces que el negocio estuvo siendo atendido últimamente por “Chuyita” y por la señora Lupe —otra de las hijas de don Luis—; sin embargo, sus fuerzas ya no dieron para más y seguramente con el acuerdo de sus demás familiares que residen en otros puntos del país, decidieron poner la finca en venta.
No se sabe cuál sea su superficie como tampoco el monto que la familia está requiriendo para venderla; pero se trata de un inmueble con un gran valor histórico.
Por ahí se habla que hay algunos particulares interesados en comprarla; sin embargo, se insiste, hay otros que claman para que la finca sea adquirida por las autoridades gubernamentales, entre ellos los integrantes del ECOMUSEO, los cuales al parecer expondrán el caso al gobierno municipal, o en su caso al gobierno del estado. Veremos qué pasa.
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