ZONA SUR.
Ni bailes ni bailables. Tampoco hubo música ni el jolgorio de otros años. Poca pirotecnia. Plazas públicas y palacios municipales desolados. Escasas personas fueron las que anoche se vieron rondar por estos espacios en una conmemoración que quedará para la historia. Todo debido al coronavirus.
En Ahuacatlán, Agustín Godínez subió al balcón presidencial poco después de las 9:00 de la noche para dar el Grito de Independencia. Lo acompañaron algunos regidores y los principales funcionarios de su gabinete, incluyendo por supuesto al secretario del Ayuntamiento, Reymundo Sandoval, quien se encargó de leer el Acta de Independencia.
Antes, el alcalde recibió la bandera nacional en medio de una valla conformada precisamente por algunos servidores públicos. Dos metros de distancia entre uno y otro y cada cual con su cubrebocas, en una noche fresca e inusual de 15 de septiembre.
Carlos Carrillo, el presidente de Jala, dio también el Grito pero de manera virtual, con los protocolos acostumbrados y sin la presencia de espectadores.
En Ixtlán del Río, en tanto, fue aún más desconcertante la celebración del Día del Grito. Acostumbrados al bullicio de las bandas, a la algarabía de sus habitantes quienes generalmente “toman” la avenida Hidalgo para convertirla en un espacio de esparcimiento pleno, como cualquier feria popular.
Sin embargo, este 2020 las cosas fueron muy distintas a las de otros años. El alcalde Juan Parra “El Charranas” ordenó el cierre total del centro histórico. Se apostó en primera instancia en el cruce de la calle 05 de mayo y de ahí se encaminó hacia el balcón presidencial para dar el Grito, acompañado tan solo por algunos funcionarios de su gabinete y sus compañeros regidores. Algunas familias siguieron el Grito a través de Internet al tiempo que festejaban con adornos patrios, música y cena.
Las ceremonias cívico-patrióticas de éste 15 de septiembre fueron transmitidas a través de sus respectivas plataformas digitales, así como algunos portales de noticias, como fue el caso de El Regional, cuyo equipo de trabajadores, por cierto, desarrolló una buena labor a efecto de que la sociedad siguiera cada Grito desde sus hogares. Una celebración muy pero muy distinta a la de años anteriores.
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