AHUACATLÁN.- Por los ojos de doña Lucila se vio escurrir una lágrima al tener frente a sí a la imagen de San Francisco de Asís. Una enfermedad la mantiene postrada en una silla y al despedir al Santo Patrono se sintió más animada, al igual que como ocurrió con don Panchito y con doña Lupita y con todos los enfermos que el pasado sábado recibieron la visita del ídolo religioso de los ahuacatlenses.
Lo anterior no es sino consecuencia por la celebración de “La Octava de San Francisco”, la cual se festeja cada 11 de octubre, al cumplirse justamente ocho días de la fiesta grande en honor al Patrono, en una de las tradiciones más hermosas que se celebran en Ahuacatlán.
Y así, como ha sido su costumbre, los feligreses realizaron el tradicional recorrido por los diferentes puntos de la ciudad visitando a los enfermos, empezando primeramente por el barrio de La Presa, luego El Salto, después El Chiquilichi, para terminar con el Barrio de La Otra Banda.
Cargando con pasión devota la imagen de San Francisco de Asís, gran parte de la grey católica de Ahuacatlán recorrió bajo un incesante sol las calles de la ciudad, visitando a los enfermos para orar por su sanación, entre cánticos y alabanzas dedicadas al patrono: Allá en el monte Alvernia/medita la pasión/; mi padre San Francisco, mi Padre San Francisco/con mucha devoción.
La cifra exacta se desconoce, pero se dice que en este año se visitó a por lo menos 200 hogares, y en cada uno de ellos se rezó un Padre Nuestro, una Ave María, y la Bendición de San Francisco.
Este año sí hubo chirimía; pero se extrañó la presencia de don Alejandro Ramos, cuyas fuerzas, según se dice, se encuentran muy mermadas y por eso es que este año no estuvo en la celebración de San Francisco.
De esta forma la esencia religiosa aún perdura y por eso cada año los Ahuacatlenses celebran con mucho fervor a San Francisco de Asís, su Santo Patrono, quien el pasado sábado visitó a los enfermos, en una hermosa tradición que cada vez se fortalece más y más.
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