AHUACATLÁN.
La pestilencia es cada vez más fuerte, y tras la entrada de calor los olores fétidos se agudizan más. Quienes padecen de esta situación son las familias que habitan sobre las calles Ocampo y La Miñón, al poniente de la ciudad. Todo esto debido a las aguas negras que brotan de un tubo que hace ya muchos años se colocó en el río.
El problema no es de ahora. Lleva ya bastante tiempo que de este colector emanan chorros y más chorros de aguas nauseabundas provenientes de la red de drenaje.
El tubo de fierro tiene al menos tres roturas y es por esas hendiduras por donde se escapan las aguas negras que descargan en el río, pero en una zona poblada, provocando que los vecinos perciban unas hediondeces que se tornan insoportables.
No es la primera vez que los pobladores de la zona denuncian el problema; e incluso ya se han hecho dos o tres video reportajes en este mismo medio solicitando la intervención de las autoridades o del OOAPA (Organismos Operador de Agua Potable y Alcantarillado de Ahuacatlán), pero hasta el momento no ha habido respuesta de nadie.
A esta Redacción han llamado varias amas de casa denunciando una y otra vez el caso; sin embargo y a pesar de que ha transcurrido mucho tiempo, siguen haciendo caso omiso del problema. Ojalá y que esta vez sí se tomen cartas en el asunto, pues la pestilencia, además de contaminar el ambiente, puede ocasionar enfermedades.
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