AHUACATLÁN
Radicada desde hace algún tiempo en una importante ciudad de la frontera mexicana, la señora María Guadalupe Martínez “pasó a mejor vida” tras librar una dura batalla contra la muerte, sucumbiendo ante la misma cuando frisaba ya en los 90 años.
La señora Lupe, como mejor se le identificaba, fue esposa del finado y muy reconocido comerciante Beto González, aquel que durante muchos años regentó el establecimiento que se sitúa en la esquina poniente del mercado público municipal.
Al lado de don Beto, doña Lupe procreo a cuatro hijos –María de la Luz, Martha, Beto y Lety– todos de apellidos González Martínez y quienes por azares del destino residen en diferentes puntos de la república.
Una de sus hijas tiene ya algún tiempo radicando en la frontera norte y fue ella la que decidió llevársela, para cuidarla, sin saber que allá perdería la vida, al parecer por muerte natural, dada su avanzada edad.
La señora Lupe será recordada por su estilo franco y hasta cierto punto reservado. No le gustaban los chismes y siempre se distinguió por su honorabilidad y solvencia moral.
Hasta donde se sabe ella será cremada –porque así lo pidió ella en vida– y se dice que en cuanto existan condiciones se le trasladará a esta ciudad para que sus restos sean depositados al lado de don Beto González, su esposo fallecido hace alrededor de 20 años. DESCANSE EN PAZ.
Discussion about this post