El prisma luminoso predomina sobre el resto de los comercios y llegan, ya siendo las 8:00 de la noche, la expectativa por la entrega de esta construcción que reposa. Ya estamos más juntos porque hasta con rafia limitan los espacios. Elementos de la Policía Municipal resguarda. Por la calle 5 de Mayo hay mesas de tamales, agua fresca, churros para los comensales al término del evento.
Dan las ocho con cuatro minutos cuando las cámaras y los ojos se concentran en el arribo del gobernador que súbitamente se baña en el rio popular. Lo siento como si viene a despedirse de uno en uno y rápido recibe orden la banda que entone las canciones que le gustan a Roberto Sandoval que viste camisa blanca y su tradicional sombrero. Como ya es costumbre en los políticos de todos los colores se toma la selfie, abraza, besa en mejillas y saluda efusivamente a todos los que se levantan. Lo acompaña su esposa Ana Lilia.
Se arremolinan al político artista que con el corrido de Nayarit como música de fondo, logra arribar al estrado. Hay algunos carteles que le enseñan en su recorrido que no distingo si es a favor o en contra, queja o bienvenida.
Aplausos y porras, es su noche, el escenario es suyo, lo interrumpirán varias veces para aplaudir; ¡y con razón!, una encuesta confiable señala que es en este municipio donde más aceptación tiene, cerca del 80%. El cumplimiento de un mercado, sueño de tantos años, reluciente lo atestigua.
Prosigue la presentación oficial y los primeros abucheos contra Pepe Alvarado y Francisco Javier Jacobo. En la pantalla ya tenemos la historia y el por qué de un nuevo mercado. Primero la filmación en blanco y negro y luego las dimensiones de la obra y la comparación del de San Miguel. Estoy a unos metros del estrado y puedo contemplar los rostros de la alegría y expectación de los invitados especiales que son los locatarios que están muy contentos a pesar de tantas cosas que se han dicho y se han escrito en torno a los locales, las escaleras, las bodegas, que falta el estacionamiento, que no completaron las obras de las calles adyacentes. Todo un mundo de rumores que viene a disipar la neblina de las dudas de si es funcional o no, cuando se abra al público.
Ya están instaladas las herramientas, computadoras, cámaras frías, paneles solares, batidoras, accesorios, todo nuevo. En el protocolo de la bienvenida, otro abucheo recibe Pepe, que demuestra temple y no se equivoca en su intervención. Sigue Francisco Jacobo, más fuerte el abucheo. Reciben como compensación aplausos fríos cuando terminan de hablar. Culmina Roberto, con voz ronca porque según dijo es por echarle porra al equipo de casa, Coras Tepic que en el torneo de copa, le ganó al odiado y querido América por tres goles a dos. Se le nota muy contento y se siente correspondido de esta marcha triunfal que aprovecha al máximo la noche del mercado nuevo. Hay química.
El Ejecutivo recuerda cuando le pidieron los locatarios que les rehabilitara el techo y los baños mientras él en una gira de trabajo por la ciudad, tomándose un “chocomilk”, les dijo que mejor le pidieran un mercado reluciente de moderno. Fueron meses y utiliza mucho a Dios para constatarlo. Pregona la importancia de fortalecer lo mexicano, las frutas y verduras más ricas al natural. Que se debe de competir en las mismas circunstancias con el extranjero, que las tiendas grandes se llevan las ganancias a sus países de origen. Que debemos de cuidar estos comercios para que los turistas tengan un lugar para visitar y comprar. Saluda a sus acompañantes, a los presidentes municipales como el de Tepic, Ahuacatlán, Xala, Santiago, Amatlán de Cañas, La Yesca, Ruiz, Acaponeta, San Pedro Lagunillas. Les promete construirles mercados si logran convencer a los locatarios y especialmente el de Tepic, el mercado Morelos.
Cuando inició su intervención en un acto íntimo, de recuerdo a su padre Pablo que fue tablajero en el mercado Abasolo. Le brotan evocaciones y toda la gente callada escuchando sus motivos por el cual hizo posible este mercado. Un dron filma quince segundos y desaparece. A Roberto le disgusta lo que está pasando con los ex gobernadores corruptos, no todos son iguales, señala que ser gobernador de este estado es un deporte extremo, que los critican por las redes sociales sin sustento. Habla de Trump sin decir su nombre y apellido: “güero pespelaco”. Retoma el relato que es el rescate de México como lugar de grandes oportunidades. Lanza su mirada y su brazo para decirles que esta obra con paredes de cristal, es “la transparencia de los recursos públicos”, y sobre todo sin deuda pública.
“Roberto amigo, Ixtlán está contigo”, “te queremos Roberto, te queremos”. Y la noche es larga, como si no se quisiera terminar, es noche histórica que el gobernador solicita la presencia de los regidores. Faltó Livier Uribe, Marisol Sánchez y Beatriz, para que delante de la gente se comprometan a que este mercado sea propiedad del pueblo y que los locatarios tendrán la concesión por 99 años, para que nadie se aproveche de esta obra y no se privatice. Les pide que levanten la mano y los regidores lo hacen. Llega el fervor religioso y la solemnidad de las oraciones de buenos deseos cuando los sacerdotes Eduardo Martínez y Efraín Martínez en la puerta del edificio monumental lo bendicen y se corta el listón blanco y el atronador gesto de alegría cundo se lanzan papelitos brillantes que parece escarcha de sueños o estrellas terrenales.
Viernes extraño en mi regreso por los faroles, con las sensaciones revueltas.
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