JALA. – Con 69 años a cuestas, Rosalío Segura Peña es un ejemplo de vida. Las adversidades se han ensañado con él; pero a base de fortaleza, de lucha constante y de unas enormes ganas de permanecer en este mundo, ha salido airoso de estas pruebas.
De complexión delgada él, piel morena y estatura regular, Rosalío fue presa no hace mucho de una parálisis facial; pero también ha tenido que sortear otras enfermedades que incluso lo han obligado a ser intervenido quirúrgicamente.
Sus condiciones económicas no son buenas; por eso es que no hace mucho buscó el apoyo del sistema DIF municipal, siendo atendido directamente por la presidenta de la misma institución, Gaudencia Gómez de Villarreal.
Tras los trámites de rigor, la señora Gaudencia la canalizó al Centro de Rehabilitación y a partir de entonces fue sometido a constantes terapias, buscando obviamente su mejoría; esto es por medio de los programas de Fisioterapia.
Su recuperación, aunque lenta, registra ahora un gran avance. Anteriormente ni siquiera podía caminar y hasta había perdido el apetito; pero gracias a estas sesiones de rehabilitación ahora se alimenta sanamente y camina con mucho entusiasmo.
Las condiciones de don Rosalío son muy distintas a las de hace algunas semanas. Sigue avanzando en su recuperación. “¿Ya me siento fuerte!”, señala él mismo, refiriéndose a este proceso. Un ejemplo de vida.
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