JALA. – Las lluvias que desde la primera semana del mes empezaron a abatirse en la región, fueron suficientes para regresar a una vieja realidad sobre la carretera que conduce a Jala: sus baches.
Desde su entronque con la carretera internacional hasta la entrada del pueblo emergen algunos baches de proporciones indistintas, chicos y grandes, profundos o superficiales.
Así las cosas, transitar por este tramo carretero ni es cómodo ni tan seguro. Hay que sortear los hoyancos pero bajo el riesgo de perder el control y sufrir un accidente.
El asfalto se encuentra en malas condiciones, esto es también debido a la delgada capa con que fue construida, hace por cierto ya algunos ayeres.
Y si de día se torna peligrosa, de noche lo es todavía más; pero esos riesgos crecen todavía más justamente cuando llueve pues los hoyos se cubren de agua tornándolos invisibles.
De esta forma, no son pocos los automovilistas los que han resultado perjudicados al dañarse la suspensión de sus vehículos, e incluso se sabe de más de alguno que se ha salido de la carretera al no poder controlar su automóvil.

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