Lo conocí a mediados de los 70´s. Era un muchacho flacucho, correoso, espigado, escurridizo y de buen dominio del balón. No fueron pocas las veces en que nos enfrentamos. Yo jugaba con “Los Panaderos”. Creo que él formaba parte del equipo de la Prepa.
¿Su nombre?, Rigoberto Guzmán Arce, pero todos lo identificaban – y lo siguen identificando como “El Canicas”. Su corpulencia y larga cabellera son sin duda alguna sus principales distintivos.
Profesor, poeta, articulista y escritor, analista y crítico político… Colaborador de este medio desde hace varios años; autor de varios libros, hacedor de la columna “Claroscuro” que se publica todos los viernes en este espacio.
Esta vez, sin embargo, no aparecerá la referida columna, tan amena, tan leída. Un terrible accidente acaecido en la mañana del miércoles le impide al profesor Rigoberto darle por ahora continuidad a su tema “Fuegos I”. Así nos lo hizo saber él mismo en un mensaje que envió a nuestro correo electrónico:
“Nieves… Discúlpame con los lectores del Regional y contigo pues esta vez no puedo escribir la sexta y última parte de Claroscuro por motivo de fuerza mayor. Tu sabes que yo utilizo la tarde de los miércoles para escribir mi columna; pero hoy tuvimos un accidente”, señala “El Canincas” en su mensaje.
Luego nos explica que fueron tres maestros los que sufrieron este accidente: Pedro Paredes, él y la profesora Rosalba Meza Camacho, quien lamentablemente falleció.
“Tu servidor tiene golpes contusos y algunas fisuras en el cuello y en la columna. Estoy de luto y mi mente, mi corazón y mis dedos están en el recuerdo de mi compañera maestra. El próximo viernes me gustaría otra vez a vivir por mi amada escritura. Saludos. Profr. Rigo”, concluye.
Es esta pues la razón que impide la aparición de Claroscuro, hoy viernes; pero nosotros quisimos utilizar este espacio para hablar un poco sobre el autor, a quien conocimos en la transición de la adolescencia y la juventud.
El fútbol nos acercó. Éramos rivales, sí, pero a partir de entonces empezamos a conocernos. Con él jugaban Gaby Cadenas, los hermanos Landeros, El Capi Ibarra, Raúl René Rodríguez y algunos otros, como aquel muchacho bonachón de cabello ensortijado y amplio al que conocían como “Rarotonga”, entre algunos otros.
La escuadra de los Panaderos, en tanto, se conformaba por jugadores de la talla de El Pita López, Manolo Andalón, Rogio Carranza, Chelino Ramos, El Loco Bolaños, El Charro Nieves y los hermanos Hernández, Martín y Chago, incluyendo desde luego a Piché Bautista, nuestro portero.
Allá a finales de los 70´s supe que Rigoberto viajaría a Nicaragua. Eran tiempos de la guerrilla Nicaragüense, de Somoza y los Sandinistas; pero no fue sino hasta en 1990 cuando me volví a reencontrar con él. Yo me ostentaba como candidato a presidente municipal de Ahuacatlán por el naciente PRD; y él sostenía nexos cercanos con el entonces dirigente nacional de este partido, Cuauhtémoc Cárdenas.
El ingeniero me acompañó a la apertura de campaña, y Rigoberto coordinó la gira del ingeniero Cárdenas acá en el sur del estado.
Con el paso del tiempo de nuevo tuvimos un acercamiento derivado de su faceta de poeta y escritor, y yo como periodista; y esta relación se reforzó todavía más durante su paso como coordinador de la Casa de la Cultura.
Luego, al sumarse como articulista a la plantilla del Express Regional, esa relación se transformó en amistad… una amistad sincera que mucho aprecio.
El profe Rigo, sobra decir, es una persona dotada de mucha inteligencia. Un hombre talentoso, creativo e intuitivo, con personalidad propia; un escritor con capacidad de abstracción para relacionar los hechos y las palabras, con vocabulario amplio y diverso.
Discussion about this post