ANDRÉS MONTERO FLORES
En abril del año en curso, el Centro Nacional para la Prevención de Desastres –CENAPRED– envió expertos a ésta población con el fin de investigar el agrietamiento de varias fincas ubicadas entre calle 20 de Noviembre, Abasolo y Libertad , media cuadra antes del acceso a las escalinatas del Cerrito de la Cueva.
Al respecto, se informó que el Presidente José de Jesús Bernal acompañó a los geólogos profesionistas a conocer lo informado por los vecinos afectados, sin que se supiera a ciencia cierta la causa del problema. La grieta que corre de oriente a poniente ha afectado desde la casa de la Sra. Viuda de Galván, así como la de la Sra. Rita Flores, y se perciben efectos en la propia Plaza de Toros.
Los geólogos descartaron que el problema se haya originado por el drenaje, y atribuyeron que tal vez sean consecuencias del proyecto del pozo profundo realizado en ésa área hace años o también alguna alteración o modificación de flujos de aguas subterráneas por razones del estiaje anual.
Sin embargo, en reciente reporte de investigación de “EN CONTEXTO”, se informó de la posible existencia de un deslizamiento de mayores proporciones en el área, que indican de la existencia de un estiramiento-deslizamiento de tipo transtencional de falla; toda vez que se encontraron evidencias sobre el pavimento, precisamente en la curva al empezar a subir la carretera salida a Amatlán de Cañas, poco antes de la escalinata que sube a la copa de oro.
Por otro lado, también se perciben deslizamientos similares a la altura del kilometro 1 de la misma salida a Amatlán, poco antes de la gran Parota.
Una comisión de EN CONTEXTO hizo la investigación de campo y puso algunos indicadores rudimentarios sobre el pavimento a fin de detectar cualquier posible movimiento, ya que la detección es imposible en descampado.
Éste estirón de tierra nos recuerda los reportes que en diciembre del 2001 dio a conocer Francisco Javier Nieves Aguilar respecto a fuertes truenos subterráneos sucedidos en El Chaleco de Ixtlán y las reparaciones que se efectuaron a la autopista a la altura de Los Toriles, debido a levantamientos del asfalto por deslizamientos del mismo tipo.
También, hace poco, un ejidatario de Ahuacatlán externó de las modificaciones que su potrero –ubicado al pie del Cerro del Molcajete, ha sufrido durante los últimos años, «lo que antes era una cañada ahora es una loma» – explicó intrigado-.
Es de interés que al respecto a éste tema, los geólogos de la CENAPRED instalaron el año pasado una sistema de monitoreo al Ceboruco vía GPS –Global Positioning Sistem– en la parte alta de H. Jara para detectar alteraciones o microsismos que representen algún riesgo para la ciudad de México.
Parece que la interrelación de éstos micro movimientos podrían ser también el origen de los agrietamientos de casas en Ahuacatlán, salvo de descubrirse evidencia científica en contrario.
Discussion about this post