Dos directores con cargo honorario Antonio Rolón Esparza y Primitivo Fierros Aguilar, originarios del vecino estado de Jalisco, estuvieron laborando un tiempo hasta que la secundaria Amado Nervo ocupó el edificio exprofeso para ello, y en donde estaba el cuartel militar en 1967 abrió su puerta en ese espacio que abarca una cuadra.
Al tiempo de nuevo este local fue utilizado para una noble causa, ya que por medio de diferentes gestiones y en vista que la preparatoria de Ahuacatlán, que dependía del Instituto de Ciencias y Letras de Nayarit, tenía más alumnos de este municipio, lograron que funcionara en un local de la avenida Hidalgo, donde el negocio Gygors, que eran las oficinas del PRI.
Después se ubicaron en lo que era una casa amplia, por la Allende, de pilares y su patio central característico de la arquitectura de las grandes construcciones y que sería el centro de diversión por muchos años: el Apolo XI, actualmente Coppel. Dos órbitas para llegar al edificio bello, que de nuevo se rehabilita para que sea anfitrión de la llegada de jóvenes rebeldes, la causa de la paz y el amor, el ritmo de rock y la psicodelia cuando el advenimiento de la música y el color se atraían.
Ante las gestiones del presidente municipal, mi profesor añorado Emigdio Reyes Ruiz y otros personajes amantes de las causas justas y para construir el futuro, logran que la preparatoria tenga su edificio propio en aquellos llanos extensos por el suroeste y lleno de breñales y establos. Lugar indómito y que en 1975 me tocó también la larga construcción de pocas aulas y otra de talleres.
La escuela secundaria que estaba en funciones por el Barrio de los Indios fundada por Carolina Parra y que tuvo como directora federal en 1934 a Eloísa Godínez Lomelí, su nombre y apellidos de tres acentos y que tenía un hermano con influencias y que vivía en la calle Allende 9; hace acto de aparición, pero tiene que dar ese recorrido de sacrificios por algunos rumbos, direcciones y su primera generación como secundaria nocturna por cooperación llevando el nombre de Eloísa es en la tarde laborando en la escuela Narciso Mendoza, “El Niño artillero”. Algunos de los egresados son Gilberto Villanueva, Isaac Bustamante, Ramiro Marmolejo, Gabriel Parra, Emilio Dávalos Ávalos y Salvador Martínez Leonor.
Posteriormente se trasladaron a una propiedad Hernández, que era otra casa grande con las características ya descritas, que actualmente es un hotel de varias estrellas, por la calle Justo Barajas y que hace tantos años fue un lugar de venta de forraje y pasturas. Se recuerda que profesores de esa época dorada eran Rafael Gutiérrez Monroy impartiendo inglés; Juan Partida Caro en español, Arcadio Jacobo en matemáticas.
El profesor Modesto Pérez Sánchez como director le corresponde abrir la puerta de madera de la historia y la de metal de la antigüedad y de nuevo el edificio de la calle Zaragoza y 5 de Mayo tiene la vida en su cuerpo y los ojos se alegran porque recibe con los brazos abiertos y el corazón a los jóvenes; trabajadores para cumplir su sueño de la obtención de su certificado, padres de familia y docentes en el horizonte que se ensanchaba y el pueblo pequeño estaba en la metamorfosis de las esperanzas educativas gracias al esfuerzo de muchos y el talento, el amor de los hombres y mujeres avanzados de aquellas generaciones de ixtlecos originarios y avecindados que aportaron el esfuerzo para el logro de anhelos…continuará en la edición del martes.
Discussion about this post