- UNA EMOCIONANTE TRAVESÍA EN BICICLETA
Dos bicicletas, refacciones, utensilios personales y unas ganas enormes de conocer nuevos mundos; así es como Alle Veenstra e Irene Bosma decidieron emprender esta aventura.
En agosto de 2013 “volaron” hacia Argentina desde su natal Holanda. Cansados del viaje, descansaron unas horas y emprendieron esta travesía por todo América, de sur a norte. La meta es llegar hasta Canadá, para de ahí emprender el regreso hasta Holanda.
No llevan prisa, pues su objetivo es conocer nuevas costumbres, internarse por los pueblos de América; siempre en bicicleta.
A Ixtlán del Río arribaron el pasado jueves por la mañana. De ahí se enfilaron sobre la carretera internacional para doblar en el crucero de Jala y proseguir su camino a través de la autopista Guadalajara-Tepic.
Hicieron una pausa a la altura de El Tempizque. Ahí dialogamos con ellos. Muy atentos ambos y ahí supimos que son pareja. Alle no habla mucho. Irene es la que responde los cuestionamientos del reportero.
Su español es muy fluido, pero también habla inglés, francés, italiano y obviamente Holandés.
Ellos no corren prisa. Su modelo de vida surge de la síntesis de realizar los sueños de sí mismos, de la libertad, de tratar de vivir de una forma distinta, de tener pocas cosas, ¡pero de aprender mucho más!
Alle e Irene son dos jóvenes en extremo agradables. Ella estaría cumpliendo en estos días 29 años de edad, pero y él ya cumplió las tres décadas. Ambos se entienden a la perfección, se ayudan mutuamente y no hay distinción por sus condiciones de hombre y mujer, incluso para cocinar.
Su equipo de viaje se compone de sleeping bags, una pequeña estufa de gasolina, refacciones, algunos pocillos, ropa y artículos de limpieza personales básicamente.
Cuando sus condiciones lo permiten pernoctan en hoteles, pero también recurren a refugios y sitios “seguros” – entre comillas –; digamos, templos, cruz roja, edificios públicos vigilados, etc…
No lo dijeron, pero Alle e Irene son verdaderos artistas de la lente, ¡Qué hermosas fotografías!, ¡Qué paisajes capta!; basta echarle un vistazo a su web page Wij Zijn Reizen para darse cuenta de este don innato.
Esta pareja asegura no ser materialista; y para corroborar lo anterior afirman que ninguno de los dos posee bienes, solo sus ahorros que utilizan para este tipo de travesías.
Café, leche y espagueti, ¡mucho espagueti!, panecillos y pollo conforman básicamente su dieta, ¡Ah!, y uno que otro panecillo; pero de vez en cuando comen pollo y carne, aunque ella prefiere las verduras.
Ya recorrieron todo Sudamérica y Centroamérica. A México se internaron por el Pacífico. De Tepic proseguirían su camino hasta Mazatlán, siempre pedaleando, pedaleando, sin prisas, sin estrés o tensiones. Por eso es que ni ellos mismos saben cuándo llegarán a Canadá… “Calculamos que en cuatro meses”, dice ella, mientras esboza una sonrisa.
De Mazatlán se trasladarán hacia la Paz, Baja California, por barco, y de ahí continuarán su ruta en bicicleta, hasta llegar al país de los brazos abiertos, de los paisajes naturales, de las cataratas de Niágara de las montañas rocosas…
Y hacia allá van, hacia Canadá, contentos, firmes, decididos y con muchas ganas de conocer nuevos mundos como dijimos al principio.
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