En mi muro o chat del facebook recibo diariamente un buen de mensajes electrónicos que la gente reenvía porque le parecieron interesantes, o en la mayoría de los casos graciosos y quizás lo sean, pero no todos tenemos el mismo tiempo disponible para leer cositas que…
Aunque es algo grato, dice mi amigo palestino sámoT laerrnoM – a quien ya le pedí en varias ocasiones que deje de estarme llenando la bandeja de entrada con ese tipo de cosas, pero igual le vale madre y diario me manda un puño, que igual echo a la basura sin ver ni de qué se trata.
Lo mismo hacía yo con El Quirundis, otro que reenvía a todos sus contactos la basura que le llega, también le pedí que no me mandara esas cosas pero éste sólo se volvió más selectivo, así que veo por lo menos el título de sus forwards antes de echarlos a la basura y me ha mandado cosas que valen la pena, entre ellas varias reflexiones muy interesantes.
Y bueno, como no todo mundo se dedica a perder el tiempo revisando correos basura y a reenviarlos, cuando me llega alguno de alguien que sé que además trabaja lo abro y lo leo porque quizás diga algo interesante, o gracioso. Eso me pasó esta semana con Marcos Ortiz, un ex compañero del antiguo Hotel Corita, en Tepic, quien me mandó el siguiente correo titulado: “Para adultos contemporáneos seudo-intelecto-neuro-hipocondríacos”; es decir, para nosotros:
“Dicen que todos los días tenemos que comer una manzana por el hierro y un plátano por el potasio. También una naranja para la vitamina C, medio melón para mejorar la digestión y una taza de té verde sin azúcar para prevenir la diabetes.
Todos los días hay que tomar dos litros de agua – sí, y luego mearlos, lo que lleva casi el doble de tiempo que llevó tomárselos –. Todos los días hay que tomarse un Activia o un Yakult para tener “L. Cassei Defensis”, que nadie sabe qué es pero parece que si no te tomas un millón y medio todos los días empiezas a ver a la gente como borrosa.
Cada día una aspirina para prevenir los infartos, más un vaso de vino tinto para lo mismo, y otro de blanco para el sistema nervioso. Y uno de cerveza, que ya no me acuerdo para qué era. Si te lo tomas todo junto, por más que te dé un derrame cerebral ahí mismo no te preocupes, pues probablemente ni te enteres.
Todos los días hay que comer fibra, mucha, muchísima fibra, hasta que logres defecar un sweater o de perdis una bufanda. Hay que hacer entre cuatro y seis comidas diarias, livianas, sin olvidarte de masticar cien veces cada bocado.
Haciendo un pequeño cálculo, sólo en comer se te van como cinco horas del día. ¡Ah!, después de cada comida hay que lavarse los dientes; o sea, después del Activia y la fibra, los dientes; después de la manzana, los dientes; después del plátano, los dientes… y así mientras tengas dientes, sin olvidar pasarte el hilo dental, masajeador de encías, buche con Plax… Mejor amplía el baño y mete tu equipo de música, porque entre el agua, la fibra y los dientes te vas a pasar varias horas por día ahí adentro.
Hay que dormir ocho horas y trabajar otras ocho, más las cinco que empleamos en comer, veintiuna. Te quedan tres, siempre que no te agarre algún imprevisto.
Según las estadísticas, vemos tres horas diarias la televisión. Bueno, ya no puedes porque todos los días hay que caminar por lo menos media hora – a los 15 minutos regrésate, porque si no, la media hora se te hará una hora -. Y hay que cuidar a las amistades porque son como una planta, hay que regarlas a diario. Y cuando te vas de vacaciones también, supongo.
Además, hay que estar bien informado, así que hay que leer por lo menos dos diarios – claro, de preferencia el Express y el Regional del Sur – y un artículo de alguna revista para contrastar la información.
También hay que hacer tiempo para barrer, lavar la ropa, los platos, y ya ni te digo si tienes perro u otra mascota. ¿Hijos? En fin, a mí la cuenta me da unas 29 horas diarias. La única posibilidad que se me ocurre es hacer varias de estas cosas a la vez, por ejemplo:
Te duchas con agua fría y con la boca abierta, así te tragas los dos litros de agua. ¿Te quedó una mano libre?, llama a tus amigos. ¡Y a tus padres! Tómate el vino – después de llamar a tus padres te va a hacer falta -.
El Yakult con la manzana te lo puede dar tu pareja mientras se come el plátano con el Activia y mañana cambian. Y menos mal que ya crecimos, porque si no nos tendríamos que clavar un Danonino Extra Calcio todos los días.
¡Uf!, Pero si te quedan dos minutos recomienda este artículo a tus amigos – a los que hay que regar como a las plantas – mientras tomas una cucharadita de All Bran o de Special Kay como el que me recomendó mi nutrióloga, antes del trasplante y el cual hace muy bien…
Y ahora te dejo porque entre el yogur, el medio melón, la cerveza, el primer litro de agua y la tercera comida con fibra del día, ya no sé qué estoy haciendo pero necesito un baño urgente. ¡Ah!, voy a aprovechar y me llevo el cepillo de dientes. Si ya leíste esto antes, perdona entonces; debe ser el Alzheimer que ya me empieza a agobiar.
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