MARQUESADO. – Haciendo de lado ideologías políticas y agravios del pasado, los habitantes de Marquesado salieron a la calle para sumarse al rompimiento de sus Fiestas Patronales que año tras año se celebran en honor a la Santa Cruz.
Y efectivamente, después de tantos apuros, zozobras y preocupaciones los marqueseños tuvieron estos momentos de relax en donde se mezclaron como siempre los asuntos paganos con las cuestiones religiosas.
El rompimiento de las fiestas patronales fue encabezado por el presidente municipal Chuyín Bernal y por su esposa Érika Llamas. Igualmente destacó la presencia de algunos regidores y funcionarios del Ayuntamiento, así como del secretario de ésta administración, Juan Manuel Parra Enríquez; además, claro, del Comité de Acción Ciudadana y demás organismos auxiliares.
Alegría desbordante, música y carros alegóricos. Hombres y mujeres luciendo sus mejores galas, adultos y jóvenes, niños y niñas. Todo esto se vio durante este rompimiento de fiestas que se engalanaron con la presencia de su reina Lizbeth Patiño Vázquez.
Tierra de hombres y mujeres valiosos, gente hacendosa por naturaleza, afable, sencilla. Clanes reconocidos, líderes naturales, como los Villegas y los Ibarra, los Bonilla y los Enríquez, los Ávila y los Bernal.
Así, las calles y callejones se vieron repletas de gentes, de aquí y de allá, de Santa Isabel y de Tetitlán, de Valle Verde y de Uzeta, de Las Cebollas y La Campana y por supuesto de Ahuacatlán; todos con el afán de sumarse a este inicio de fiestas para al final disfrutar de un gran baile popular.
Afortunadamente todo transcurrió como se debía; con alegría, con entusiasmo. Un rompimiento con saldo blanco pues, y no como se andaba rumorando.
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