JALA.
Momentos de tensión fueron los que en la tarde de ayer se vivieron en el Pueblo Mágico de Jala tras la concentración de cientos de personas que se apostaron en las inmediaciones del Consejo Municipal Electoral (CME) para pedir la anulación de la elección para presidente municipal, y que terminaron por confirmar el triunfo de Antonio Carrillo Ramos poco antes de las 20:00 horas.
Los manifestantes intentaban además impedir que tras el cómputo de los comicios, el ahora presidente electo recibiera su constancia de mayoría. Circunstancia que aún no ocurre, pero que pudiera pasar en cualquier momento.
La sede en donde sesionó el Consejo estaba acordonada, estableciéndose en cerco de seguridad entre calle y calle de donde se ubica por la calle Morelia, casi frente a la basílica Lateranense. Ahí se montó un fuerte dispositivo de seguridad por parte de la Policía del Estado, Policía Municipal y Guardia Nacional, que inclusive estaba preparada con un batallón de granaderos para garantizar el cómputo de la elección; y en los casos que así lo ameritaba, el conteo de votos en las casillas en las que se detectaba algún tipo de inconsistencia.
Por la calle Morelos esquina con Morelia se apostaron los simpatizantes de Filiberto Solís, candidato que fue postulado por Redes Sociales Progresistas a la presidencia municipal; por el otro lado, es decir en la esquina de la calle Morelia con Allende, estaba sentada en sillas de plástico la gente de la doctora Bibiana Castro. En ambos bandos se turnaron la palabra con sendos altoparlantes para pronunciar sus demandas, y, en algunos casos hasta discursos políticos que nada tenían que ver con el proceso electoral.
Fue curioso, por ejemplo, que pese a la unidad para pedir la anulación de la elección, por un lado —los del PAN con Bibi Castro— se refirieran al gobierno de López Obrador de manera negativa al quitar programas como el Procampo, las Estancias Infantiles, y los medicamentos para los niños con cáncer; y por el otro —de lado de Fili Solís— se defendiera a la Cuarta Transformación.
Entre los momentos de tensión, de expresiones de hartazgo contra el gobierno municipal —por presuntas injerencias durante el proceso electoral—, y de pedirle al presidente López Obrador que los escuche en sus demandas; los manifestantes también tuvieron momentos de alegría. Como cuando cantaron el Himno Nacional o el corrido de Jala.
Poco antes de las 11:00 de la noche, la doctora Bibi, junto con Hilaria Domínguez Arvizu, les pidieron a sus seguidores irse a descansar, argumentando que no tenía caso seguir ahí, puesto a que iban a impugnar la elección ante los tribunales electorales. Sin embargo, las razones que plantearon para mandar a sus casas a los inconformes con permanecieron ahí con un espíritu de lucha, serán motivo de nota por separado debido a la importancia que tienen para la consciencia social y política de quienes ahí estaban.
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