AHUACATLÁN.― Desde la carretera el panorama de las rocas que cual enorme alfombra se extienden al pie del volcán El Ceboruco es muy hermoso. ¡Pero cuidado!, ahora resulta que, aprovechado la nula vigilancia, se ha informado de sujetos que se dedican a saquearlas.
Puede ser este un llamado de alerta, tanto a las autoridades de turismo como a la propia Procuraduría General de la República o a quienes corresponda, ya que, el robo de las piedras volcánicas es a todas luces evidente, principalmente en las zonas de menor visibilidad; seguramente con el fin de no ser sorprendidos.
Sobre el camino viejo que une a las comunidades de Uzeta y Marquesado, es decir en la parte sur de esta extensa mancha de rocas volcánicas, se pueden observar grandes avenidas y muchas aéreas que anteriormente estaban cubiertas totalmente de piedras.
Gentes que radican en las dos localidades antes mencionadas, refieren que con mucha frecuencia se ha observado el paso de camiones pesados transportando toneladas y más toneladas de piedras, obviamente cuidando de no ser vistos; e incluso la mayoría de ellos utiliza la noche, en un saqueo apenas perceptible.
Al circular por la carretera internacional también se pueden observar algunos espacios “limpios”, pero hay mayor incidencia en las aéreas de menor acceso, como es el caso del camino viejo Uzeta—Cebadilla y La Coyotera.
Los saqueadores de rocas al parecer ni siquiera son de la región pues dicen que nunca se les ha visto por aquí; pero de seguir así, dentro de poco tiempo la preciosa zona del Ceboruco podría perder su encanto con el inconsciente saqueo de sus piedras volcánicas.
Ni el Ejido de Uzeta y ni tampoco el de Marquesado han hecho algo por detener este ilícito. Por eso se hace este urgente llamado a las autoridades competentes y así se evite que sigan atentando contra la naturaleza.
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