Pareciera increíble que la mejor propuesta y la exposición más bizarra proviniera del ‘compañero’ Layín. Sin demeritar las del resto, el agreste candidato independiente, dijo algo que podría ser la solución para terminar con el resquemor ciudadano por los políticos de trayectoria, quienes como lo dijo él mismo en términos pedestres, siguen ‘mamando’ de la ubre.
En El Regional, coincidimos a través de una mesa editorial, que si bien Hilario Ramírez no ganó el debate, sí plasmó el sentir de mucha gente. El hecho de retar a sus contrincantes, casi todos, exceptuando solamente a Víctor Chávez, Antonio Ayón y Fco. Javier Zapata, a firmar un compromiso para que quien pierda las elecciones jamás vuelva a ocupar un cargo público, está en el ánimo de los ciudadanos. Fue algo que tomó a todos por sorpresa; aunque hay que decirlo, Layín ha sido dos veces presidente municipal de San Blas.
Además, en una de sus intervenciones reveló algo que a veces pasa desapercibido por muchos: el dinero que invierten los grandes partidos políticos y los propios candidatos en consultores electorales. Son miles de pesos los que seguramente el PRI y el PAN, han invertido para posicionar a Cota y a Toñito. De hecho, se sabe que éste último, tuvo una concentración de 48 horas a puerta cerrada para prepararse antes del debate.
Poses, ademanes, y sonrisas simuladas son las que formaron parte de las participaciones que tuvo el candidato de la alianza “Juntos por Ti”. Un guion carente de autocrítica y un mensaje acartonado fue el que distinguió por su parte a Cota Jiménez. El peor fue Antonio Ayón, quien solo levantó el rostro cuando terminaba su somnífera lectura. Quién se creyó que su apellido, “Zapata”, y su espeso mostacho le ayudarían a despertar, ‘por sus bigotes’, la simpatía del electorado, se equivocó. Más decente y genuina – sin lectura – fue la confrontación que dio Víctor Chávez; quien, por cierto, hizo un diagnóstico de pasante de doctor, al señalar que la solución no estaba en aspirinas y Alka-Seltzer, y proponiendo únicamente cambiar al ‘sistema’; una verdad de Perogrullo que no tiene sentido si no se explica cómo hacerlo.
Sin pretender otorgarle más protagonismo a un bufón como Layín, sí es importante añadir su arrojo para denunciar los 200 millones de pesos que presuntamente le exigiría el ex fiscal Edgar Veytia para que se adhiriera el PRI. Todo eso sin pasar por alto que también les sacó la ropa sucia a Raúl Mejía al revelar que puso a su hija en el primer lugar de las diputaciones plurinominales; y a Toñito pactando con su primo Polo Domínguez para hacerlo mismo a través del PAN, y al partido de Cota Jiménez, quien puso al abominable Juan Carlos Ríos Lara, personajes todos, que podrían llegar ser diputados por la vía de la representación proporcional.
Con todo y ello, en El Regional coincidimos que el debate lo ganó Miguel Ángel Navarro Quintero, candidato de MORENA, quien no leyó, denunció y propuso al mismo tiempo. Un político de trayectoria que, a decir de él mismo, le tocó confrontarse a varias dinastías de políticos, desde don Emilio M. González, pasando por su hijo Ney, y ahora el cuñado de éste, Raúl Mejía. Peleando también al Tigre Toño, desde que fue el contador, el encargado de las finanzas del estado de Nayarit en tiempos del PRI; hasta su hijo Toñito, y dijo él, a Toñititito, quien allí se encontraba en el foro.
Sin embargo, el consenso en este portal de noticias sureño, no fue unánime. Hubo periodistas que se inclinaron por Raúl Mejía, el único candidato que utilizó la palabra “narcofiscal”. El único que hizo propuestas atractivas y factibles de cumplir. En ese sentido, podríamos decir que Raúl Mejía, y en un artículo especial se analizará, quedó en segundo lugar.
Y si se preguntan quién quedó en la tercera posición, les podemos decir que Cota Jiménez logró su objetivo. Si bien no ganó este debate. Pudo, al igual que Antonio Echevarría García, salir bien librado. Ambos pudiese ser que se mantengan en las preferencias electorales. Pero ahora podemos decir que este debate no les dio puntos, se los quitó para abonárselos a Navarro Quintero y Raúl Mejía.
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