Se cuenta de un hombre que sufrió fuertes quemaduras al intentar rescatar a sus padres en un incendio. No tuvo éxito y ellos murieron. Deprimido y desfigurado se aisló y no quiso que nadie lo viera; ni siquiera su esposa.
Desesperada, la mujer fue a ver al doctor René Avilés, un prominente cirujano de cirugía plástica, para pedirle su ayuda. El galeno le dijo que probablemente podría restaurar la cara de su marido, pero éste rechazó tercamente ser ayudado.
Cuando la mujer volvió a ver al doctor Avilés, éste se sorprendió mucho, pero esta vez por la pregunta que ella le hizo:
- “¿Puede usted deformar mi cara para que pueda ser como mi marido y compartir su dolor? Tal vez así me dejará entrar en su vida de nuevo”.
¡Cuánto lo amaba! El cirujano se conmovió tanto que insistió para que el marido de la mujer aceptara su ayuda y, afortunadamente, la historia tuvo un final feliz. Él cambió de parecer y se dejó transformar.
El amor de una esposa por su marido hace que se busquen imposibles, como el caso de esta mujer que quería tener la cara deformada con tal de que su marido la dejara entrar de nuevo en su vida y así poder compartir con él su dolor de ver su cara tan desfigurada.
Por eso es muy importante que las parejas de novios se preparen muy bien para que una vez que deciden casarse, no sea por puro interés egoísta sino porque de verdad quieren hacerse feliz mutuamente.
¡Ayudemos a los novios a prepararse bien para que ya no siga habiendo divorcios!
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