IXTLÁN DEL RÍO
Desde muy temprano realizan el “quehacer” en sus casas y se trasladan de sus comunidades a esta ciudad para ofertar sus productos, a veces en una esquina, pero sobre todo en los alrededores del mercado Morelos y por la calle Allende, buscando contribuir así con algún ingreso a sus hogares.
Son las vendedoras de diferentes productos como nopales, verdolagas, ciruelas, guamúchiles, pitayas, chayotes, duraznos, hierbas silvestres curativas, y en fin.
Algunos productos los compran para revenderlos y otros los cortan en el campo donde se dan de manera natural.
María Garrafa del ejido de la región de La Meseta de Jala –de donde es la mayoría del los que vienen a vender– dijo que les va mejor aquí que andar trabajando en el campo en el “solazo”.
Ella lo hace para ayudar a su esposo que trabaja de jornalero en el campo y con lo que gana no les alcanza para vivir, mucho menos para mantener hijos estudiando, comentó.
Señala que todos los días, ellos se levantan a las cinco de la mañana para que les alcance el tiempo, ya que tiene que preparar los alimentos de su esposo, darle desayuno a sus dos hijos y al final, preparar sus cosas para venirse a vender sus productos a Ixtlán.
Así como ellos, son varias familias las que se vienen a trabajar a Ixtlán, buscando pues el sustento diario, pero destacan las mujeres. Otros tantos vienen de Méxpan o de Ahuacatlán a vender fruta de la temporada, pero también vienen de la región costera ofreciendo sobre todo sandía, melón y papayas.
Algunos traen diversos productos que muchas de las veces son de los que recogen en el campo o en el monte, como las verdolagas, la manzanilla, sábila, guajes, pitayas,, etc., mismos que a mucha gente de la ciudad les gusta comprar, por gusto pero también por simple curiosidad.
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