IXTLÁN DEL RÍO
Con chaira y cuchillo filetero en mano, Carlos Martínez asegura que si bien no obtienen ganancias ostentosas, los tablajeros de Ixtlán no la pasan tan mal; “vendemos lo que tenemos qué vender; con eso tenemos para comer”, señala, mientras deslonja el cuero de puerco.
Con cautela y aplicando en veces la sorna, el citado carnicero desmiente a aquellos que señalan que existen divisionismos o que incluso ya desapareció la Unión de Tablajeros, “no creas todo lo que te digan; nosotros seguimos firmes y las ventas se sostienen”, apunta, para luego sugerirnos que conversemos con Ángel Huerta, su líder, y dirigente también de los locatarios del mercado municipal.
Carlitos afirma que las ventas de carne de res y de puerco “están estables”; e igualmente comentó que sus precios se mantienen igual y que así llevan ya muchos meses.
Dijo que el kilogramo de sirloin, así como la chuleta y de arrachera se cotizan a 140 pesos, al igual que el diezmillo, en tanto que la carne de res normal tiene un costo de 130 pesos.
La carne de cerdo, por su parte, tiene un costo de 76 pesos, la costilla –de puerco– vale 80, al igual que el lomo, mientras que las patas y el cuero se venden a 60 pesos el kilo.
El señor Martínez reiteró que la carne que se vende en Ixtlán es de excelente calidad y que esto se debe en primer término al tipo de res al que están acostumbrados a matar; y en segundo lugar al estricto control de calidad al que son sometidos por parte de las autoridades municipales.
En cuanto al primero de los casos sostiene que casi todos los tablajeros venden sus productos que proceden del ganado “de pila”, es decir, de engorda, y que en su mayoría son becerros que apenas sí sobrepasan los tres o cuatro años de edad; en tanto que los carniceros de otros municipios casi siempre matan vacas de edad adulta, de 10 años en adelante, y a veces hasta de veinte, puntualizó.
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