La agualama: El fruto olvidado del sur que revive en almíbar.
ZONA SUR.
En la zona sur del estado, la temporada de agualamas está en pleno apogeo.
Este pequeño fruto, tan poco conocido por muchos, impregna el aire con su inconfundible aroma.
Al caminar por los campos, el olor de las agualamas maduras es innegable, pero es al cocerlas en almíbar cuando su fragancia se vuelve verdaderamente penetrante, percibiéndose a varias cuadras a la redonda.
Las agualamas, frutos que abundan en los montes del sur, son del tamaño de una canica, muy similares a los nanches.
Su transformación de color es notable: verdes cuando están inmaduras y negras al alcanzar la madurez.
Aunque las nuevas generaciones no están familiarizadas con ellas y no las encuentran apetecibles, quienes crecieron entre los años 50 y el 2000 las recuerdan con nostalgia y aprecio.
La abundante producción de agualamas en la zona sur es una riqueza que muchos desconocen.
En estos días de cosecha, los habitantes de la región redescubren este tesoro natural, compartiendo recetas y rememorando tiempos pasados cuando las agualamas eran un dulce cotidiano en sus hogares.
Este fruto, una joya olvidada por muchos, vuelve a brillar en su apogeo estacional, recordándonos el valor de nuestras tradiciones y sabores locales.
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