En la mayor parte del territorio nacional, excepto en los Estados de Quintana Roo y Sonora, así como en la franja fronteriza con Estados Unidos, el horario de verano concluirá este último domingo de octubre. La mayoría de los mexicanos deberán atrasar una hora su reloj. Las autoridades federales recomiendan hacerlo la noche de este sábado, antes de ir a dormir.
La finalidad de esta medida es adecuar las horas de luz natural a la actividad cotidiana y reducir el consumo de energía eléctrica. Durante el horario de verano, vigente de abril a octubre, el ahorro de energía fue de 899.754 gigawatios-hora, equivalente a 1.1332 millones de pesos, unos 59,1 millones de dólares, según el balance de la Secretaría de Energía (Sener).
La dependencia federal ha añadido que la reducción en el consumo eléctrico durante el horario de verano evitó la emisión a la atmósfera de 408.000 toneladas de bióxido de carbono, lo que supone la quema de 1.146 barriles de petróleo.
Los Estados mexicanos de Sonora y Quintana Roo no participan en este programa y mantendrán su horario, mientras que los 33 municipios ubicados en la franja fronteriza del norte del país ajustarán su horario el próximo 5 de noviembre. Este ajuste en los relojes estará vigente hasta el 31 de marzo del siguiente año.
La práctica del cambio horario comenzó a generalizarse de forma desigual a partir de 1975, al producirse la primera crisis del petróleo. Sin embargo, la modificación se aplicó por primera vez durante la I Guerra Mundial para mantener abiertas las fábricas una hora más. Uno de los argumentos que emplean los defensores de adelantar o atrasar una hora el reloj es el ahorro energético, además de otros como beneficios para el comercio o la seguridad vial.
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