Cuatro orejas y un rabo para el diestro mexicano en una corrida de antología.
AHUACATLÁN.
Con trazos reposados, con dimensión, templanza y calidad. O sea, con arte. Dos estoconazos. Así de fácil, así de sencillo se describen las faenas que el diestro mexicano, Francisco Martínez, realizó con su lote en la corrida de toros que se efectuó en la plaza de toros «El Recuerdo«, de Ahuacatlán.
Fue una tarde triunfal para el oriundo de San Miguel de Allende, Guanajuato, que dejó al público sin aliento al cortar cuatro orejas y un rabo en una exhibición de maestría taurina.
El rejoneador, Pablo Hermoso de Mendoza, por su parte, no se quedó atrás y obtuvo 2 orejas y un rabo en una actuación magistral, mientras que Alejandro Adame regresó a Aguascalientes con 2 orejas, destacando su destreza en la arena.
El coso de la calle de Morelos se llenó por completo para presenciar este emocionante evento taurino, confirmando las expectativas de que la corrida del pasado miércoles sería de antología.
El encierro de toros de las ganaderías Santa Paula y Cerro Viejo cumplió con creces, brindando emocionantes enfrentamientos en el ruedo. Sin embargo, el diestro que se llevó la tarde fue indiscutiblemente Francisco Martínez, quien se ganó el corazón de los aficionados taurinos presentes.
Ahuacatlán, en esta tarde memorable, ganó un nuevo ídolo, y Martínez alcanzó niveles insospechados.
El diestro Martínez hizo gala de su torerismo y buen gusto en cada una de sus faenas, dejando claro lo que realmente significa el toreo. Sus actuaciones fueron de muchos quilates y culminaron con dos estocadas precisas que le permitieron cortar las cuatro orejas y un rabo de su lote, desatando la euforia en el público presente que coreó un unánime ¡Oléééééé!
La habilidad y el arte desplegados por Martínez dejaron una huella imborrable en esta tarde de toros en Ahuacatlán.
Francisco Martínez, Pablo Hermoso de Mendoza, y Alejandro Adame brindaron una tarde inolvidable a los aficionados taurinos, haciendo de esta corrida un evento que quedará grabado en la memoria de todos los presentes.
Con esta actuación, Francisco Martínez se consolida como una de las figuras más destacadas del toreo en México y deja una marca imborrable en la historia de la plaza de toros «El Recuerdo» de Ahuacatlán.
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