AHUACATLÁN. – “Paro respiratorio”. Fue ese el dictamen médico que se emitió respecto al lamentable y sorpresivo fallecimiento de Rodrigo López Alvarado, acaecido anteayer en una clínica médica de la ciudad de Tepic.
Rodrigo fue sepultado en el panteón municipal después de la misa de cuerpo presente que se ofició en su memoria en el templo de San Francisco de Asís.
Su esposa – ahora viuda – así como sus hermanos y demás familiares recibieron incontables muestras de solidaridad y palabras de aliento, tanto en su velorio, como en la misa y ayer durante el cortejo fúnebre y sepultura.
Rodrigo era aún muy joven. Tenía apenas 27 años de edad y la gente lo identificaba mejor bajo el seudónimo de “El Moco”, residente de la calle Morelos en el populoso barrio de La Presa.
Extraoficialmente se supo que a Rodrigo se le había detectado un problema en su organismo, siendo entonces que se le trasladó a Tepic, donde les informaron de la gravedad del asunto y que debería de ser operado con urgencia.
De ahí ya no se supo nada, hasta que se informó de su fallecimiento, situación que produjo un enorme dolor a su esposa, hijo y demás familiares. DESCANSE EN PAZ.
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