Ahuacatlán.- En serios aprietos se vieron los padres del pequeño Oswald Vicente Machaín Torres luego de resultar intoxicado al deglutir dos pepitas de calabaza, situación que obligó su traslado inmediato a la clínica uno de la ciudad de Tepic, donde le realizaron un lavado de intestino de manera emergente.
De tan sólo cinco años de edad, el menor en realidad estuvo a punto de perder la vida debido a la ingesta de algún tóxico en el par de “semillas” que se comió en la tarde del pasado 04 de octubre.
Y lo mismo sucedió con otro chiquillo – al parecer nieto de la maestra Elia Hernández – quien también ingresó a una clínica médica después de haberse engullido otra pepita de calabaza; sólo que éste otro corrió con mejor suerte puesto que fue menor la dosis del tóxico ingerido.
Sobre el caso, se supo que los dos chiquillos se encontraban jugueteando con otro menor, en cierto domicilio de la calle Aldama de Ahuacatlán, en la zona centro.
El otro chamaco al parecer les ofreció las pepitas, dos de las cuales se comió Oswald Vicente, y el otro menor solamente uno; pero ambos empezaron a convulsionarse casi de inmediato y el primero de ellos hasta perdió el conocimiento y la vista
Era 04 de octubre, día de fiesta en Ahuacatlán, pero los padres de Oswald ya no pensaron en la diversión, sino en salvar la vida de su hijo; por eso es que de inmediato se trasladaron hasta Tepic para poner en manos de los doctores la salud del pequeño
Oswald estuvo primero en urgencias médicas. Luego le hicieron el lavado de intestino, pero no fue sino hasta el día siguiente cuando empezó a reaccionar. Ayer jueves aún permanecía bajo la vigilancia de los médicos, aunque todo parecía evolucionar favorablemente.
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