Ahuacatlán, Oct. 04.- (Francisco J. Nieves Aguilar).- Los tres salieron en hombros, por la puerta grande: Jorge Hernández, Israel Téllez y Pedro Gutiérrez El Capea; pero el triunfador de la corrida de ayer en Ahuacatlán fue el último de ellos al mutilar tres orejas y un rabo, en dos faenas de valor y mucha cabeza.
El de Uriangato, Guanajuato, Israel Téllez volvió a mostrar enjundia, temple y valor. Falló con el acero en su primero, pero en su segundo obtuvo dos orejas y el rabo; mientras que el rejoneador Jorge Hernández Gárate se vio fenomenal con el caballo. Las malas condiciones del terreno le impidieron cuajar una tarde redonda, aunque al final logró aumentar su palmarés con tres orejas.
Téllez, El Capea y Jorge Hernández Andrés demostraron en el ruedo su calidad taurina en la plaza portátil de Don Rafael García que lució a poco más de tres cuartos de su capacidad.
Esta vez fue notoria la ausencia del gobernador Ney González y su séquito de funcionarios, pero en su representación acudió el Coordinador de Fortalecimiento Municipal José Luis Donjuan de la Peña.
Jorge Hernández Gárate recibió a “Ramoncillo”, el primero de la tarde, dedicándole la faena al presidente municipal José de Jesús Bernal. “¡Música maestro!”, gritó a los músicos, para alegrar el ambiente. Caracoleó sus caballos con alegría y estuvo certero con los rejones, pero el estoque fue retrasado y paseó su primer apéndice a petición del público.
Las malas condiciones del terreno le ocasionaron en su segundo una caída que le dejó una lesión en el pie derecho; pero regresó al ruedo con más energía. Soltó las riendas de “Azteca” y encajó perfectamente los rejones. El Juez le otorgó las dos orejas que fueron protestadas por un sector del público.
Israel Téllez, en tanto, estuvo muy entonado con “Doctor”, al que recibió de rodillas pegado a las tablas. Lo veroniqueó y quitó por navarras. Él mismo desahogó el segundo tercio, se desplazó con clase y con largueza, pero el toro se hundía en la arenilla dificultando su faena. No tuvo suerte con la espada en su primero.
En su segundo se sacó la espina. Toreó por arriba y por abajo, de rodillas, muy pegado al burel, “¡Dále un beso!”, le gritaban desde los tendidos. “Mejor que me lo de a mi”, señaló una señora bonachona y sesentona. Encajó el acero hasta la empuñadura para adjudicarse las dos orejas y el rabo.
Pedro Gutiérrez El Capea estuvo muy torero con “Dentista” y con “Centenario”. Al primero lo recibió de rodillas y pegado a las tablas, y al segundo lo saludó con pases largos para dejar en claro que en él pueden cimentarse esperanzas fundadas, pues demostró que si algo tiene, además de valor, temple y estética, es cabeza fría para ver, entender y resolver las complicaciones que pueden presentarle los cornúpetas.
Vestido en azul rey y oro, El Capea sobó, aguantó y ligó dos faenas cimentadas en la derecha, con muletazos tersos y profundos, haciendo que el público le coreara todo cuanto hizo, que además fue bien hecho. Para su fortuna cortó tres orejas y un rabo, muy merecidas por cierto.
De los forcados, ni qué hablar; simple y sencillamente tuvieron una tarde estupenda en grado superlativo. Por cierto, los valientes mazatlecos brindaron la pega de su segundo al famoso “Güicho” González, tal y como lo había hecho anteriormente el rejoneador Jorge Hernández.
Al final, el público premió a los tres toreros con vuelta al ruedo, cargados en hombros, sellándose así esta historia y en donde los aficionados a la fiesta brava disfrutaron al máximo al grito de “¡Ole Torero!”.
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