
Emociones coloradas, de enojo y encendidas fluían una tras otra en la transmisión en vivo que hizo nuestro amigo Antonio Tello a través de Facebook Live; mientras que en el Auditorio de la Gente retumbaban las loas en reconocimiento al presidente de la república. Una contradicción que era de esperarse. Esos son los riesgos de una democracia que acaba por convertirse en oclocracia, cuando las instituciones terminan desacreditadas.
La institución presidencial comenzó su deterioro tras la salida de Carlos Salinas de Gortari, es decir, a partir de Ernesto Zedillo. Se desquebrajó más con Vicente Fox. Felipe Calderón dio al traste con ella. Y ahora Enrique Peña Nieto la mantiene en ruinas.
Que no se jacten pues los panistas con su cobertura tendenciosa a través de su presunta página de noticias en Facebook. Allí ciertamente se expuso una cara de la moneda: Una parte del pueblo contenido por barricadas. Testimonios de acarreos y amenazas para llenar el Auditorio de la Gente. Nada nuevo.

En Guadalajara cuando Vicente Fox celebró la Tercera Cumbre de América Latina y el Caribe – Unión Europea, en mayo de 2004, me tocó estar en ambos lados como corresponsal. Me tocó saludar a los presidentes de América del Sur, al propio Fox Quesada, y a sus detractores que destrozaron decenas de comercios, rompieron barricadas, cristales de los bancos, casetas de teléfono, y, cuando ya no pudieron más, el gobierno recurrió a la represión mediante cuerpos de caballería, gases lacrimógenos y detenciones arbitrarias. Cientos de detenidos que fueron recluidos en el Penal de Puente Grande sin que se les realizara el debido proceso. Mujeres y hombres ultrajados, en el edificio de la Secretaría de Seguridad Pública, ubicada por la avenida Alcalde. Allí los desnudaron tras cazarlos como moscas, utilizando el garrote cuando ya no oponían resistencia. Ese era el gobierno panista de Vicente Fox. Y lo mismo se puede decir del de Calderón.
Lo que ocurrió a mediodía de hoy en Tepic, es una proeza que logró Roberto Sandoval. En el sexenio pasado esto no hubiera sido posible. Los métodos son mezquinos, porque sólo pudieron entrar al recinto de la apología quienes llevaron una identificación, tipo credencial. ¡Pero fueron 10 mil personas! Suficientes para que la prensa oficialista pregone el éxito. Ya verán ustedes, amables lectores, de quiénes hablamos cuando vean los ensalzamientos por una visita que decepciona porque no dejó nada nuevo.
Al menos nosotros esperábamos más. Algún anuncio revelador. Nada. Sólo se ratificó lo que ya sabíamos: El seguro universal de salud, y algunas mejoras a los programas sociales, que arrancan en junio próximo.
Así que, finalmente, ¿quién ganó?… Todos. Tal vez ligeramente la oposición en Nayarit, que expuso la impopularidad del presidente. Sin embargo, a nivel nacional esta será una noticia que le abona al Ejecutivo.
Empero, no caigamos en la trampa. No es Enrique Peña Nieto quien se desmorona, es la institución presidencial, las instituciones en general. Aquí y en China nunca como antes hay tanta rebeldía en los pueblos. La causa es que ahora se descubre aceleradamente la corrupción, la inmoralidad, la desesperanza.
El Seguro Universal de Salud puede ser la bancarrota para el IMSS. La privatización del sector. Un proyecto bueno que en su desarrollo a lo largo de los años dejará a muchos enfermos en los cementerios.

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