Rumbo al 2017 en Nayarit, la unidad debe hacerse en torno de principios y una plataforma programática de gobierno muy clara y definida con un sentido popular y democrático a favor de las grandes masas de estas tierras.
En política, los principios lo son todo. Sin principios no se llega a ninguna parte. Es el problema actual de Nayarit. La política se apartó de los principios. Es nuestra gran tarea. Es nuestro trabajo. Es lo que debemos fundir.
Las individualidades no pueden estar por encima de los modelos. Éstos, los modelos, son, ni más ni menos, el desarrollo histórico de las regiones.
Está claro que los modelos impuestos por el PRI y el PAN no le han funcionado a Nayarit. Tenemos que transformar la realidad de nuestro estado, construyendo un modelo popular y democrático.
El camino del PRI y el PAN se agotó. Ahora, el camino está a la izquierda. Justamente para continuar el trazo de los obreros de Bellavista en 1905 y el de los combatientes por la democracia de 1972 a 1975. Es decir, lo que sigue en Nayarit, es el modelo del Poder Popular. Ya no hay de otra.
Y ni Polo ni Toño Junior, están en la ruta. Ellos representan el modelo que tronó. Toño grande, como Gobernador, fue un reverendo fracaso. Polo, como alcalde, es un fracaso. Persistir en ellos, como individualidades, para la gubernatura, es la mayor mentira política ante nuestro pueblo.
Ninguna alianza con la derecha ha funcionado. En Puebla fracasó. En Oaxaca fracasó. En Sinaloa fracasó. En Tepic fracasó. (Aquí, con Polo, ganaron las mafias polonaranjistas, pero, el pueblo de Tepic, perdió). Con Toño Echevarría-Gobernador fracasó. ¿Qué queda entonces? El Poder Popular. El camino está a la izquierda. Las condiciones están dadas para ello. Cuadros que encabecen tal proyecto, hay de sobra; Nayarit es un semillero de líderes. Estamos obligados y en el deber de construir el proyecto que nos lleve a construir el modelo del Poder Popular para el 2017 en Nayarit. No hay tiempo que perder.
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