Celebran el Día del Ferrocarrilero con historia, nostalgia y sabor popular.
AHUACATLÁN
Los golpes del mazo, el barullo de las cuadrillas, los rieles y durmientes, los vendedores de tacos, cocadas, tortas y gelatinas… todo ese ambiente de antaño revivió el pasado jueves en el corazón de Ahuacatlán, durante la celebración del Día del Ferrocarrilero.
El escenario no pudo ser mejor: el Portal Quemado, ese rincón cargado de historia donde sus muros parecen guardar secretos del Ahuacatlán de ayer.
Allí, el Ecomuseo de Ahuacatlán, bajo la dirección del profesor Javier Sojo, volvió a dar en el clavo con una iniciativa que combinó memoria, cultura y emoción.

Entre relatos, risas y anécdotas, los asistentes escucharon la historia del ferrocarril en Ahuacatlán y, por supuesto, la gesta heroica de Jesús García, aquel valiente que en 1907 sacrificó su vida para salvar al pueblo de Nacozari, Sonora. Desde entonces, su nombre quedó grabado en la historia como “El Héroe de Nacozari”.
La jornada no solo fue de palabras: una galería con imágenes vivientes transportó a los presentes a la época dorada del tren, cuando el vapor, el carbón y el silbido del ferrocarril marcaban el ritmo de la vida diaria.
Fue una tarde para recordar… Una cita con la historia. Un homenaje a quienes pusieron en marcha los rieles de un país en movimiento.






















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