Todos vuelve a la normalidad en la ciudad después de la partida de los devotos.
AHUACATLÁN.
Después de casi una semana de ausencia, las calles y el centro de Ahuacatlán recuperan su vitalidad habitual con el retorno de los peregrinos que viajaron a Talpa de Allende, Jalisco, para rendir homenaje a la virgen de aquel lugar.
Desde su partida el pasado jueves 7 de marzo, la ausencia de los peregrinos se hizo notable en todos los rincones de la ciudad.
Las calles parecían más tranquilas, los comercios menos concurridos, las oficinas públicas menos bulliciosas y las plazas más vacías.
Como cada año, la partida de los devotos deja un ambiente de desolación en Ahuacatlán.
El regreso de los peregrinos comenzó desde el martes por la noche, con algunos grupos llegando incluso el miércoles. Sin embargo, fue a partir del día de ayer, jueves, cuando se pudo observar un incremento significativo en la presencia de personas en la ciudad.
Con la llegada de los devotos, la vida vuelve a fluir con normalidad en Ahuacatlán. Las calles recuperan su bullicio característico, los comercios vuelven a recibir a sus clientes habituales y las plazas se llenan de actividad.
Este ciclo anual de despedida y regreso de los peregrinos se repite, dejando una huella temporal en la vida cotidiana de la ciudad, pero también recordando la importancia de la fe y la devoción para la comunidad de Ahuacatlán.
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