AHUACATLÁN.
Para desconectarse algunas horas de la cotidianidad, despejar las tensiones y sumergirse en un ambiente pletórico de fraternidad y camaradería, varias familias de Ahuacatlán organizaron un campamento donde el común denominador fue la diversión.
Provistos de casas de campaña y varios productos comestibles, material de primeros auxilios y otros enseres, los que participaron en este campamento acudieron puntuales a la cita presentándose en un área alejada del bullicio, de ruidos escandalosos y de otras cosas más que afectan cuerpo, mente y espíritu.
A partir del viernes por la tarde empezaron a ver el mundo de otra forma, con juegos recreativos y distintas actividades; todo esto en medio de una “luz a medias” y mientras escuchaban el canto de los grillos y el zumbido del fresco viento.
Encendieron una fogata, degustaron bebidas calientes, pan y galletas. Escucharon música versátil; cantaron, bailaron, sonrieron, platicaron, jugaron y disfrutaron de una noche apacible, pero al mismo tiempo divertida y alegre.

Las actividades continuaron al siguiente día, con dinámicas emocionantes, tanto para niños, como para jóvenes y adultos y para rubricar aquellos momentos deleitaron sus paladares con un suculento pozole cocinado por manos talentosas.
Al final todos regresaron a sus casas con las pilas totalmente recargadas; llenos de energía y con la satisfacción de haber disfrutado de un campamento inolvidable… aunque haya sido por unas cuantas horas.
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