Muchas de las veces tiendo a pensar mucho en lo que me molesta o me lastima. No lo puedo evitar; lo reconozco. Sé que es un sentimiento negativo, pero tampoco puedo retenerlo en mi corazón cuando sé que me está haciendo daño.
Este resentimiento me perturba, me causa dolor, ansiedad, pero lamentablemente no hayo como liberarme de él; y no exagero cuando les digo que me ha provocado un terrible insomnio y que también ha sido la causa de un desequilibrio en la familia.
Lo anterior tiene qué ver con dos cuestiones esenciales: enfermedad y dinero; ambas cosas me están causando un desajuste emocional.
“No tienes por qué exteriorizar los asuntos personales o familiares a través del periódico”, me dicen en la familia. Tal vez tengan razón, pero mi intranquilidad nerviosa me obliga a escribir estas líneas.
Les confieso: Yo apenas mal redacto; pero una cosa sí les aseguro. Lo que plasmo me sale del corazón.
Escribir este tipo de artículos es para mí una forma de terapia que me ayuda a combatir el stress y que quizás me ayude a resolver problemas de índole física o emocional.
La escritura deja salir ese “yo interior” al cual pocas veces dejamos hablar. En ese sentido recuerdo a Benedetti cuando afirmaba que escribía para saber por qué escribía.
Fred Uhlman, por su parte señala que, “Escribo por necesidad”; mientras que García Márquez señala: “Escribo para que mis amigos me quieran más”.
Yo, en este caso no lo hago para que me quieran ni para que se conduelan. Hoy escribo porque quiero desprenderme al menos unos minutos de esta cosa que me perturba, que me causa ansiedad.
Estoy resentido y no lo puedo evitar; ¡Y hasta quisiera gritarlo! ¿Por qué y contra quién?, me preguntarán algunos. Se los voy a decir, con las reservas que me dicta el corazón: Mi acritud se deriva de una serie de factores en donde se mezcla el incumplimiento de compromisos asumidos con algunos políticos que hoy se ostentan como alcaldes – lo cual a su vez ha propiciado un adeudo hacia mis percepciones laborales – y las enfermedades.
El origen es pues el incumplimiento en sus pagos. Pagos que los alcaldes anteriores debieron haber hecho al Express Regional por compromisos institucionales y cuya situación se prolonga ahora con los nuevos ediles.
A partir de ahí se nos vinieron los problemas en cascada. Hoy me encuentro tocando fondo ante la imposibilidad de solventar aunque sea las necesidades primordiales de la familia… Ello, aunado a las enfermedades, me ha provocado un resentimiento que… disculpen.
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