Omar G. Nieves
La esperada época navideña llegó; y con ella, el periodo vacacional, los días festivos, las posadas, los matrimonios, las quinceañeras, el reencuentro con familiares y amigos… ¡El aguinaldo!
Viéndose bien, éste periodo de fin de año transmite cierta tranquilidad; pues más allá de su connotación religiosa, la Navidad ha propiciado en la sociedad una tendencia al reposo individual y a un armisticio con los demás. Inclusive, no sería inusitado que las organizaciones criminales que están en pugna, llegasen a pactar una tregua; no para con los inocentes que llevan su vida con rectitud, sino entre ellos mismos.
Ciertamente llegaron los días de asueto, pero que a decir de muchos, no son como antaño. El preludio nos anticipó este frío abrumador, que a los reumáticos cala hasta los huesos. Ya con eso no pintó bien la cosa. Pero el ánimo no se pierde. El espíritu navideño, que dicho con sobriedad es el entusiasmo personal por revivir días felices, nos volvió asir con sus tradicionales celebraciones.
El problema es que estas celebraciones van disminuyendo. En Ixtlán del Río la parroquia nos informó de cinco matrimonios y tres quinceañeras de aquí a la primera quincena de enero. En Jala, nos aventuramos a decir que son menos. Y en Ahuacatlán, si no se deciden Natael y Fabiola, nos quedamos sin bodas y sin despedidas de soltero.
Con la escasez de lo primordial se encadenan otras necesidades. Nosotros, acostumbrados a inspeccionarlo todo, pronto las encontramos. En una terminal de autobuses, un músico nos contaba de la falta de contrataciones en este cabo de año. Nuestro viejo amigo no tenía de otra más que conformarse, junto con sus demás compañeros de grupo, a tocar en los restaurantes para completar “el chivo” con las cooperaciones de los comensales. Por lo demás, ni reposterías, ni las tiendas de ropa o de calzado tienen la demanda de otras épocas.
Empero, el flujo de dinero sigue otras líneas de imposible derivación. Tal es caso del comercio de licores, comida, dulces, juguetes y aparatos de tecnología digital; servicios de taxi, hoteles, viajes, entre otros. Son quince días de ajetreado movimiento económico, ¡Pero sólo quince!, así que disfrútenlos.
Discussion about this post