
- El mercado dicta. Y en los medios de comunicación no puede haber una imparcialidad y objetividad plena.
- La cargada es a favor del PRI.
Cada vez es más difícil encontrar a un cronista deportivo que sea tan imparcial como para proferir loas y celebrar los goles de los equipos que se confrontan. No nos imaginamos a Martinioli o al Pollo y La Vaca exclamar a todo pulmón un gol de La Naranja Mecánica, si es que anotan en la portería que resguarda Memo Ochoa.
En el periodismo de hogaño es igual. La cobertura que hace el reportero cuando se le impone una línea editorial acorde a los acuerdos comerciales que suscribe la empresa de comunicación con los actores políticos no guarda la imparcialidad.
El periodista maniatado por esta alineación no recoge todas las aristas y deliberadamente escribe para complacer los gustos de los lectores, del protagonista de la historia que paga y, sobre todo, de su patrón.
“Quien paga manda”; es una consigna muy conocida en el medio. Así es como en México ha operado la prensa; y más específicamente los propietarios de ella. Sin embargo en Nayarit el descaro es mayúsculo. Son excepcionales los medios que sobreviven sin el subsidio publicitario del gobierno.
A diario se ven en los puestos de revistas gacetas informativas del PRI-Gobierno. Y en Internet los portales de noticias se disputan el auditorio a base de los hechos escandalosos de corte policíaco.
Estamos ante una maquinaria propagandística más que informativa. Es por ello que es válida la indignación de los candidatos de oposición que no encuentran espacios en los medios. Aunque los contraten.
En este sentido llama la atención el informe de la última semana que publica el Instituto Estatal Electoral respecto al monitoreo de los medios. En la semana 23 la cobertura se inclina abrumadoramente a favorecer a los candidatos de la alianza “Por el Bien de Nayarit”. Y en el número de menciones negativas al PRI se puede observar que casi no se les toca (5.96%); en cambio al PAN y PRD tienen sendos (41.70%) producto de una campaña sucia.
Es de reconocer, de cualquier manera, que hay candidatos que participan en la oposición, como en el PAN de Jala y el PRS de Ahuacatlán, que esperan que los medios sean los que se les acerquen. Tienen la idea de que el periodista debe verlos como figuras públicas como de la farándula, a los que hay que perseguir para obtener una foto de ellos.
Estos políticos no han tenido las atenciones para la prensa que es libre, pero que no por ello sacrificará su tiempo y recursos para publicarles gratuitamente lo que en el LIBRE MERCADO se vende. Ellos, los quejumbrosos, no reflexionan que al ser partidarios del libre mercado no tendrían que renegar de que en la prensa escrita o electrónica haya editoriales que se venden, y que si no están de acuerdo en lo que se publica aún tienen el derecho de poner el suyo, o, más simple: de no leerlos.
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