AHUACATLÁN.- Terminó la feria de Ahuacatlán y no hubo ni balaceras, ni homicidios, mucho menos secuestros ni sucesos mayores; solo algunas riñas “callejeras”, insultos verbales entre algunos jóvenes y uno que otro mión. ¡Ah!, y muchísimos borrachos; pero el orden público, afortunadamente no sufrió alteraciones de consideración.
La vigilancia de los diferentes cuerpos policiacos parece ser que sí dio buenos resultados, pero de todos modos no faltaron los valientes que, picados en su orgullo trataron de solucionar sus diferencias a golpes.
Entre estos últimos se enlistan Baltazar García Valderrama y Roberto Silva Escárcega, quienes sostuvieron un pleito en pleno centro de Ahuacatlán, ya cuando el alcohol había surtido sus efectos.
Baltazar y Roberto finalizaron en las celdas. Ya no pudieron continuar la juerga, y en lugar de eso durmieron la mona sobre las resistentes camas de cemento de la cárcel.
Poco antes, a este mismo reclusorio habían ingresado Guadalupe de Jesús González Alvarado y José Manuel Rodríguez Quiñones, ambos residentes de la localidad de Zoatlán.
Lupe y Manuel había propinado una tremenda golpiza a un chavalo al que se le conoce solo como “La Pimienta”, a quien le causaron algunas lesiones que sin embargo no fueron de mucha consideración.
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