AHUACATLÁN
Entre el bullicio y el trajín citadino, José Bautista Hernández vio pasar sus últimos días. Nació en Ahuacatlán hace alrededor de 60 años, pero tenía ya un buen tiempo radicando en Guadalajara, Jalisco. Allá murió en la capital tapatía, a mediados de la semana pasada. Una complicación orgánica que lo mantuvo hospitalizado durante varios días marcó el final de su existencia.
José era mejor conocido bajo el alias de “Piché”, hijo del matrimonio que conformaron don Simón Bautista y doña Lupe Hernández, quienes tenían su domicilio en el barrio de El Chiquilichi en esta cabecera municipal.
Hombre hecho a la brega, espontáneo, amigable, proclive al cultivo de amistades, correoso y de “madera fina”, como se dice en el lenguaje coloquial… Lamentablemente fue sorprendido por la muerte, dejando una honda tristeza a su esposa Cuca, así como a su hija Cereza Brasilia y a su nieta Luna Camila.
El sábado se ofició una misa en su memoria y, al finalizar, sus cenizas fueron conducidas al columbario del templo de la Sagrada Inmaculuda, como fueron sus deseos.
Piché Bautista fue un apasionado del fútbol, deporte que jugó durante algunos años, siendo su especialidad la portería y, sin lugar a dudas ha sido uno de los mejores guardametas nacidos en Ahuacatlán.
Sus mejores años practicando el futbol los pasó en el legendario equipo de “Los Panaderos”, con el cual logró algunos títulos al lado de Toño Jara y de Chelino Ramos, del Loco Bolaños y del Zuno Arciniega, de José Rodríguez y de Enrique Navarro.
También formaban parte de ese equipo el doctor Manolo Andalón y Pedro “El Pita” López, Chentillo Ibáñez y el Poli Nieves, así como los hermanos Chago y El Cuichi Hernández, Galdino Romero y el Charro Nieves. Después se sumarían otros grandes jugadores que al igual defendieron los colores de los panaderos junto con Piché. DESCANSE EN PAZ.
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