En la Civilización del Espectáculo, el escritor Mario Vargas Llosa escribe, entre otras cosas, como en la actualidad la tabla de valores vigente la ocupa el entretenimiento, la diversión y el morbo. En su obra el Premio Nobel también habla de la creciente banalización del arte y la literatura, el triunfo del amarillismo en la prensa y la frivolidad en la política. “Hoy reina la primacía de las imágenes sobre las ideas”.
En El Regional hemos visto con lamentable decepción cómo se están cumpliendo estas palabras cada que nos topamos con un hecho funesto como el accidente ocurrido en la mañana de este miércoles en el crucero de Ahuacatlán. Sin importar ser testigos extemporáneos, la gente se arremolina en el lugar de los hechos para comentar la noticia, conjeturar y convertir esa maquinación en una verdad.
Después le sigue la remasca de la especie en las redes sociales. Ahí es dónde nos preguntamos si vale la pena comunicar los acontecimientos. Sobre todo cuando los usuarios, ávidos de satisfacer su curiosidad, preguntan por el muerto, los heridos, el detenido, y todavía con más reclamación, por las imágenes “de impacto”.
¿Quién se pregunta cómo se pueden evitar este tipo de percances? ¿Quién se “preocupa” por los deudos? Para nosotros es difícil estar en la escena procurando ser discretos ante una señora que llega aturdida para enterarse en ese momento que su marido ha muerto. En esas circunstancias nos parece más honroso ser los policías o paramédicos para ayudar en las labores de rescate, a ser los portadores de una cámara fotográfica que puede ser tal letal como el arma de los agentes de la Policía Nayarit.
Con todo y eso, entendemos que nuestra función es informar. Porque aunque la profesión esté demeritada por otros que también se presentan como comunicadores, en los espacios informativos tiene que haber quien conozca los protocolos para esclarecer un suceso. Y el caso que nos ocupa por esta vez es el de Ignacio Machaín, quien falleció luego de ser embestido en su camioneta por un tren que venía pitando en el crucero de Ahuacatlán, dónde hace intersección la avenida 20 de Noviembre con las vías del ferrocarril y que ya ha cobrado otras víctimas.
De acuerdo a un testigo, la camioneta pudo haber sufrido un desperfecto que le impidió al chofer detenerse a tiempo o avanzar. Sí, se suelen cometer muchas imprudencias a la hora de pasar por ese crucero, pero cuando el tren viene pitando, son contados los suicidas que le quieren ganar el paso al tren.
Todavía no se escuchaban las campanadas del templo para anunciar las 10:00 de la mañana cuando ocurrió la desventura que dejó a la comunidad de Marquezado de luto. Porque allá vivía Ignacio Machaín con su esposa, luego de mudarse de su natal Santa Cruz de Camotlán.
También se sabe de un herido que resultó con abrasiones en el rostro, brazos y piernas, pero al momento de atenderlo se le veía consciente, orientado en sus tres esferas. El levantamiento del cuerpo se hizo conforme a la ley después de acordonar el área y detener al maquinista de la locomotora para deslindar o fincar responsabilidades.
Finalmente, agradecemos a las autoridades civiles, militares y policíacas, la buena disposición que han mostrado para que en El Regional continuemos con nuestra labor informativa, y rogamos a nuestros seguidores ser discretos a la hora de percances dónde se vean involucrados heridos, los cuales por ley no podemos revelar su identidad.
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