AHUACATLÁN. – El sol caía a plomo, pero la comunidad católica de Ahuacatlán participó con evidente fervor religioso en “La Octava de San Francisco”, cuya costumbre no ha desaparecido, aunque sí se ha transformado un poco.
Problemas de salud le impidieron al señor Cura Pedro Guzmán encabezar el recorrido por los cuatro barrios de la ciudad, dejando esta misión a los representantes eclesiásticos, quienes citaron a los feligreses a las nueve de la mañana en el Templo de San Francisco de Asís, e iniciar de inmediato con la procesión.
La finalidad – según lo marca la tradición – es visitar aquellos hogares donde existan personas enfermas para orar por su sanación en presencia de la imagen de San Francisco de Asís.
“La Octava de San Francisco” se celebra cada 11 de octubre, justo al cumplirse ocho días del festejo grande en honor al Patrono del pueblo, en una tradición que, según lo explicó el mismo párroco, data de hace muchísimos años.
De esta manera, con la imagen de San Francisco por delante los feligreses recorrieron ayer las calles de Ahuacatlán, no solamente las de la zona centro, sino también las de los cuatro barrios y colonias.
En la procesión que, se insiste, dio inicio a las nueve de la mañana, participaron hombres y mujeres, adultos y jóvenes principalmente, quienes con rezos y cánticos pidieron por la sanación de los enfermos en cada hogar que visitaron, los cuales por cierto sumaron más de cien.
Con sombrilla en mano ella, y los hombres sudando la gota gorda, la grey católica cumplió de esta manera con una de las tradiciones más añejas de Ahuacatlán, como lo es pues la Octava de San Francisco.
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