Algunos ediles brillan por su ausencia; otros cumplen con compromiso, pero todos deben recordar que representan a todo el municipio.
IXTLÁN DEL RÍO.
En el municipio de Ixtlán, crece la inconformidad entre la ciudadanía ante el desempeño de varios regidores y regidoras que, lejos de cumplir cabalmente con su encargo, han optado por el anonimato político y la ausencia pública.
Se trata de ediles que, salvo para cobrar su salario quincenal, apenas participan en la vida institucional del Ayuntamiento.

La queja ciudadana no es menor. A muchos de estos representantes populares ni siquiera se les conoce; no asisten a eventos públicos, no hacen labor social y su participación en el Cabildo es meramente decorativa.
Cuando hablan, lo hacen sin argumentos sólidos y, en ocasiones, únicamente para generar polémica sin sustancia.
Sin embargo, no todo es negativo. También hay regidores y regidoras, tanto mujeres como hombres, que sí están cumpliendo con su labor de manera responsable. Atienden sus demarcaciones, dan la cara ante los problemas y trabajan con vocación de servicio. Su compromiso es palpable y valorado por la población.
Aun así, es necesario recordar que un regidor, al asumir su cargo, deja de representar solamente a su demarcación, pues su función, como parte de un cuerpo colegiado, es velar por los intereses de todo el municipio, promoviendo decisiones que beneficien de manera integral a todas las comunidades de Ixtlán, sin excepción.
El pueblo espera representantes activos, preparados y comprometidos, no figuras fantasmales que solo figuran en la nómina. La función pública exige presencia, escucha, diálogo y resultados.
En una próxima entrega, se dará a conocer con nombres y apellidos quiénes están cumpliendo su compromiso con Ixtlán… y quiénes no. La rendición de cuentas no debe ser excepción, sino regla.
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