AMATLÁN DE CAÑAS.- El Portezuelo es una pequeña comunidad perteneciente al municipio de Amatlán de Cañas. Sus principales actividades son la agricultura y la ganadería. El comercio es muy escaso y no son muchos los que acostumbran ver televisión.
Sus habitantes tienen una particularidad muy remarcada: son muy unidos. Unos a otros se defienden, pero también son bastante accesibles. Odian las hostilidades y más bien cultivan la fraternidad. Ofrecen un vaso de agua al sediento y un taco al hambriento.
Se ayudan mutuamente. Festejan entre todos el cumpleaños del padre o de la madre, del tío o del hermano, del sobrino o la sobrina. Se cooperan entre sí para los gastos. Ayudan al enfermo, se confiesan sus problemas, y en fin.
Y bueno, es tal su fraternidad que acordaron olvidarse de las elecciones, de los partidos políticos y sus candidatos. No quieren saber nada de alianzas o coaliciones, del PRI o del PAN, del PRD o del PT; “porque al fin y al cabo todos son iguales”, comenta la señora Antonia Bañuelos, hacendosa ama de casa, promotora de las causas sociales.
Afirma que “en el rancho son 50 familias”; e insiste en que todos decidieron olvidarse de los partidos políticos y que poco es lo que les importa si es fulano o zutano el candidato.
En lugar de ello, prefieren convivir entre ellos. A veces suelen reunirse dos, tres, cuatro o más personas en tal o cual domicilio para hablar de cosas triviales, ¡pero nunca de política!
Otras ocasiones se concentran en el pueblo para celebrar algún festejo; un cumpleaños por ejemplo, o el Día del Niño o el Día de las Madres; claro, sin ocupar la ayuda de los políticos y así vivir y convivir en armonía, todos juntos como una sola familia.
Dice la señora Antonio que esto les ha redituado buenos resultados. Nadie está pelado con nadie; y es más, cada viernes a las siete de la noche se reúnen todos para rezar un rosario, como buenos hermanos.
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