Solo faltan detalles para que el corazón del pueblo vuelva a latir como antes.
AHUACATLÁN.
Todo indica que la espera está por terminar. El mercado público municipal, ese espacio donde durante años se cruzaron historias, risas y aromas de comida recién hecha, está a punto de renacer.
Solo faltan unos cuantos detalles para que la obra quede completamente concluida. La parte física ya está lista; solo resta instalar parte del equipamiento, algo que podría resolverse en un par de semanas.
Y mientras tanto, los locatarios aguardan con sentimientos encontrados. La mayoría espera con ilusión el momento de volver a su lugar, de abrir las cortinas y reencontrarse con los rostros de siempre.

Otros, más cautos, dicen haberse “aclientado” en sus actuales espacios, aunque reconocen que el mercado es el lugar que les pertenece.
Lo cierto es que Ahuacatlán volverá a tener su mercado. Ese corazón que por años marcó el ritmo de la vida diaria —entre pregones, antojitos, colores y voces— pronto volverá a latir con fuerza.
Un símbolo del pueblo, listo para volver a ser punto de encuentro, de trabajo y de vida.
























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