- ENVÍA MENSAJES A REGIDORES PARA SEGUIR SALUDANDO CON SOMBRERO AJENO.
- LUÍS ZÚÑIGA OPERA COMO TESORERA CON LEGALIDAD, PERO SIN LA LEGITIMIDAD DEL AYUNTAMIENTO.
Una vez más el presidente de Jala, Mario Villarreal, se mete en problemas con sus homólogos en el Cabildo, es decir, los regidores que lo acompañaron en las pasadas elecciones para sumar esfuerzos a fin de llegar a dónde está: la presidencia imperial.
Y es que no es la primera vez en que Villarreal Cambero entra en conflicto con regidores de su propio partido, el PRI, en otras ocasiones ha desairado al Cabildo completo al dejar de asistir a sesiones del Ayuntamiento para tratar temas delicados como una demanda que actualmente enfrenta el tesorero Luís Zúñiga, por presunta usurpación de funciones, al haber sido destituido por mayoría de votos en Cabildo.
El tesorero, sin embargo, opera con normalidad, gracias a los abogados que interpusieron los amparos a tiempo. Sin embargo, aunque la ley lo proteja, con el simple hecho de que los regidores lo hayan desestimado para el cargo, le resta legitimidad.
Ahora la controversia del alcalde Mario Villarreal tuvo que ver con cuestiones “infantiles”, a decir de muchos, ya que presuntamente envió mensajes para reclamar su supuesta injerencia en la adquisición de una ambulancia que donó el Club Rotario Internacional.
Esos mensajes, que obran en poder de una regidora, estropean el diálogo con quienes son sus iguales (¡Qué será de sus subalternos, a quienes los amedrenta como un emperador de la Roma Imperial!)
En realidad, la gestión para la ambulancia la realizó Elia Villa, quien es sensible al rubro por las condiciones de salud en su municipio debido a que su madre falleció por insuficiencia renal. Y ahora quiere que los ciudadanos de Jala no padezcan la dificultad de no contar con un vehículo apropiado para trasladar a sus enfermos.
De ser así, el afán de protagonismo por parte de Mario Villarreal, que todo asunto de gobierno lo sube a las redes sociales con su nombre, y no con una cuenta oficial del Ayuntamiento, es para preocuparse. Máxime si – como ya lo ha dicho – pretende seguir participando en política.
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