- Se tiene certeza de que el presidente dispuso de un Tsuru del Ayuntamiento para llevar y traer a la síndico a su centro de trabajo en Santa Isabel.
- Funcionarios se quedan sin unidades para atender diligencias de trabajo.
JALA.- Tal es el caso de la síndico municipal, María del Refugio Mendiola, de quien se sabe se mueve a su centro de trabajo en una escuela de Santa Isabel en un vehículo del Ayuntamiento por orden del presidente, quien hasta chofer le puso. El testimonio es verídico y proviene de un círculo cercano al presidente, Mario Villarreal, quien pide que lleven y traigan a la profesora para que firme los cheques que regularmente firman él y el tesorero Luis Zúñiga. No obstante, la mayoría de las veces que el presidente se ausenta para ir de besamanos a Tepic, o alguna dependencia federal, la instrucción es que la síndico firme los títulos de crédito.
Es en este triángulo donde queda la marmaja de lo que se hace a hurtadillas para seguir promoviendo la candidatura de Mario Villarreal para una diputación, que es lo que el alcalde pretende para seguir viviendo del erario público.
Además, se sabe que Villarreal Cambero facilita los autos oficiales para paseos recreativos, regala vales de gasolina a sus amigos, y él mismo vive entre la contrariedad de comer en la sierra con la gente humilde de la Meseta de Juanacatlán, y la de irse a los mejores restaurantes capitalinos con sus padrinos de partido y de gobierno.
Así las cosas, la verdadera personalidad zorruna del gobernante jaleño, quedó evidenciada el mismo día que tomó protesta como candidato oficial del PRI, en el casino Rincón Latino, donde de última hora, traicionó a quienes lo habían apoyado desde hace mucho y ya estaban en la planilla como candidatos a regidor; y él, en medio de una rechifla y sumiso a la disciplina que le impone su militancia partidista, metió a los maestros de la sección 20 del SNTE con los que hizo alianza para desairar a la clase campesina que lo había respaldado.
Desde entonces, Mario se ha hecho muy selectivo en su círculo de amistades. Admitiendo únicamente a quienes les son «leales», es decir, a quienes no lo contradicen y le rinden pleitesía, como a él le gusta. Es por eso que como el psicólogo ruso Iván Pavlov, trata a sus compañeros de trabajo bajo la premisa de estímulo y respuesta, sea negativo para amedrentarlos; sea a positivo, premiándolos con un viaje, una dádiva o hay quienes hasta por una palmadita en el hombro mueven la cola.
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