ENTREMÉS
Aunque en apariencia tenga más similitud con Roberto Sandoval, su forma de ejercer el poder lo aproxima más a la de Ney González. Obsequia fotos a sus admiradores, le gustan los reflectores y tiene don de mando para con sus subalternos. De hecho, nada se hace sin su consentimiento. El viernes no fue posible siquiera tomar una foto a quienes ocupan una dirección o departamento. El argumento por parte del secretario municipal fue que aún no se les otorga el nombramiento. Ese día pocos se encontraban en su oficina. Lo cierto es que el alcalde lo controla todo, y los jefes de departamento no ejercen sus funciones con la libertad que lo hacen en otros Ayuntamientos.
La imagen de Mario está bien cuidada. Por la mañana le seleccionan una frase célebre pal’ ‘Face’, luego sigue la foto barriendo un pedazo en la calle o saludando a un anciano. El estímulo – claro está -, tiene buen efecto en quienes hacen el resto de la limpieza.
Es esta característica de Mario lo que lo hace tan popular, y, a la vez, populista. Es por eso que la gente lo busca, se le acerca y le pide apoyo. El cual, por cierto, dijo hoy ante el Congreso que es el origen de las carencias del Ayuntamiento. Más propiamente dicho, se pronunció en contra del asistencialismo o paternalismo.
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