Un día un grupo de hombres armados irrumpe violentamente en una iglesia, donde un predicador celebraba un rito religioso.
El líder del grupo armado se dirigió a la plataforma; interrumpe al predicador y poniéndose al frente de los concurrentes cristianos les dijo con voz amenazante:
- ¡A todos los vamos fusilar si continúan escuchando tonterías!
- Por favor siéntense –dijo el predicador en tono calmado a sus feligreses–. Quien esté dispuesto a recibir una bala por Cristo –sentenció el líder– póngase en pie.
Muchos de los allí presentes se levantaron y abandonaron la iglesia. Solo unos cuantos se pusieron de pie dispuestos a morir por su Dios.
El jefe de los matones mira a las personas que están de pie y les ordena sentarse. Luego se dirige al ministro de Dios y haciendo una reverencia le dice:
- ¡Predicador!, puede continuar la predicación con sus verdaderos hijos…¡LOS HIPÓCRITAS YA SE FUERON!
¿Cuántos de nosotros simulamos seguir los pasos de Cristo, pero a la hora de presentarse un dilema como este, de inmediato nos alejamos?
Discussion about this post